Nada detuvo a los fans de Foo Fighters: desde una mujer no vidente hasta una seguidora recién operada

Una zona habilitada para personas con alguna condición de discapacidad y las ganas de sentir a los roqueros fueron los alicientes para no faltar a este concierto

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La última vez que Karina Castro fue a un concierto salió sin su bastón, un artículo esencial para su desarrollo diario, pues ella es una persona no vidente.

Esta vecina de San Sebastián, de 35 años, es fanática de Foo Fighters, y principalmente del vocalista Dave Grohl a quien admira desde que él era baterista de Nirvana. Cuando supo que el grupo originario de Seattle se presentaría en Costa Rica, se emocionó, pero antes de adquirir el boleto se aseguró de que en el evento estaría a salvo.

“Antes no existían estos espacios especiales. Hay que aprovechar. La verdad es un riesgo ir a un concierto porque sin un espacio adecuado uno no sabe si va a salir sin bastón. Pregunté por Facebook a la producción y ellos me comunicaron que había un espacio para personas con alguna discapacidad”,dijo Porras, quien perdió la visión desde los tres años.

Karina es periodista y siempre ha sido seguidora del rock. A este espectáculo especial asistió con su amigo Andres Galindo, quien viajó desde Guatemala.

“Me gustan los Foo Fighters porque han querido mantener el estilo del grunge con técnicas modernas”, dijo mientras aguardaba en primera fila en una tarima acondicionada para personas con alguna necesidad especial.

En otra parte del estadio, en la gramilla, estaba sentado Guillermo Salinas, un fanático nicaragüense que encontró comodidad en el suelo mientras iniciaba el concierto. Hace dos semanas sufrió un esguince y anda su pie con una bota especial; para caminar se apoya en un par de muletas.

“Compré la entrada hace un mes y tuve el esguince hace dos semanas. No me podía perder este concierto por nada. Ya que estaban cerca, había que aprovechar. Yo estaba decidido en venir. Llegué a las 4 p. m., y seguridad me ayudó ingresando por una fila especial”, contó el abogado, quien vino con sus amigos músicos César Rodríguez y Carlos Mejía.

Los nicaragüenses también estaban ansiosos por ver y escuchar a Weezer, la banda invitada a quien el recinto esperaba con ansias.

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Roquera que se respeta...

Ximena Guier, de 52 años, se quebró hace poco la tibia y el peroné, el accidente requirió operación y que le colocaran una placa de metal en la pierna derecha. En su proceso de recuperación había una motivación: asistir al concierto de los Foo Fighters. Ella y su familia compraron ocho entradas el día que salieron a la venta.

“Dije que nada me iba a limitar. Desde que salieron las entradas compramos para venir en familia”, contó acompañada de su esposo Miguel Fara. Ellos ingresaron antes que sus demás familiares porque al ella asistir en silla de ruedas tenía prioridad de ingreso.

Esta es la segunda vez que la pareja ve a la banda de rock; antes los escucharon en un festival en Austin, Texas. Ambos son grandes seguidores del género rock.

“Estoy bien. Al menos en el concierto puedo mover el pie de arriba a abajo (risas). No había discusión. Había que venir a como diera lugar”, aseguró la fanática.