Muere Manuel Chamorro Roversi, la inconfundible voz de ‘Luna liberiana’

Recordado como uno de los intérprete más importantes de la provincia de Guanacaste, el cantante representó a Costa Rica en dos oportunidades en el Festival de la Canción OTI

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Nadie cantó Luna liberiana como Manuel Chamorro Roversi, el reconocido trovador de la pampa quien murió este jueves 23 de setiembre, a los 86 años. Su partida física, sin duda, llenó de luto a la ‘ciudad blanca’ y al país entero.

El icónico bolero, compuesto por Jesús Bonilla, quedó por siempre ligado a la voz de Chamorro, quien lo grabó en 1959 y cuya versión permanece intacta en la memoria de los costarricenses, pese a que el tema ha sido grabado en múltiples ocasiones por diferentes artistas.

Bonilla escribió la canción a finales de los años 30, en Liberia, Guanacaste. La creó una noche de tantas, cuando en Liberia se suspendía la electricidad, a eso de las 8 p. m. En una de esas ocasiones, el cantautor quedó impresionado con la hermosa luna que iluminaba el camino, tras una velada en la cantina La Copa de Oro, ubicada frente a la casa de la familia Chamorro Roversi. Esa inspiración dio origen a este clásico de la música popular costarricense.

Chamorro, quien nació el 19 de setiembre de 1935, fue el primero en grabar ese tema a finales de la década de los 50, más de 20 años después de su composición, según le contó el propio vocalista a La Nación en una nota publicada en el 2010.

En el reverso del disco, donde quedó inmortalizada la grabación, venía el tema He guardado, también en la voz de Manuel Chamorro, con letra de Aristides Baltodano y música de Manuel Rodríguez Caracas.

Su interés por la música se despertó en su infancia, en parte por la influencia de su madre, la soprano Aida Roversi. También empezó clases de guitarra a los cinco años y su primera presentación artística fue dos años después, en la escuela Ascensión Esquivel, en Liberia

Una vez concluido su bachillerato de estudios secundarios, Chamorro se marchó a estudiar medicina en la Universidad Autónoma de México. Durante 25 años transcurrió su vida en ese país, donde el artista nacional estudió música, dedicando diariamente una hora al estudio del canto.

Bolerista de corazón

A inicios de la década de los 60, Chamorro se trasladó a San José para grabar otros boleros de Ricardo Mora y Mario Chacón en la Sala Tassara, de barrio México.

Otros boleros que grabó fueron Sin palabras, En mi hastío, No se lo digas y Mi error, todos con el conjunto que dirigía el propio compositor Ricardo Mora. También grabó el tema Duerme, corazón con la Orquesta Maryval, e Invariablemente con la Orquesta de Gil Vega.

Ver más

“Las canciones convirtieron a Manuel en un ídolo de la juventud costarricense. Fue el primer ‘caso mediático’ de la música popular en nuestro país, sustentado en una indiscutible calidad vocal y en una imagen varonil”, afirma una publicación de archivo de La Nación.

Chamorro también se destacó en la composición y le dedicó a su padre, Manuel Chamorro Mayorga, el tema ¡Qué tiempos aquellos, mi buen Manuel!.

El bolerista representó a Costa Rica en dos oportunidades en el festival de la OTI. La primera en en España, en 1977, con una composición propia titulada Melodía de los amantes. La segunda fue en 1983, en Washington, con el tema Gracias, amor. Esta última canciónera de su autoría, con arreglos de Carlos Guzmán y Jonathan Zarzosa.

“Es una gran pérdida para la música costarricense, porque Manuel se destacó por ser un intérprete y compositor muy dedicado y preparado. Además tenía una gran sensibilidad para interpretar la música”, comentó Guzmán.

“Cuando nos tocó trabajar juntos para la OTI, ahí uno se da cuenta de la capacidad que tenía. La participación fue muy aplaudida, a la gente le encantó. Para mí era la primera vez que estaba ante una orquesta tan grande y Manuel me apoyó, me inspiró tranquilidad. Nunca volvimos a trabajar juntos, pero mantuvimos el contacto y una bonita amistad a la distancia. Es muy lamentable su partida”, agregó el músico.

Muy admirado

“La música liberiana, guanacasteca y costarricense está de luto”, afirmó el periodista José Manuel Peña, director del medio liberiano La Anexión.

“Manuel Chamorro Roversi fue una figura precoz, brillante, inteligente y muy humilde. Sobresalía entre los liberianos por esos ojos azules tan intensos que le daban una belleza sobresaliente”, destacó Peña.

Según el comunicador, en la ciudad de Liberia Chamorro era especialmente querido y admirado. “Tenía una sonrisa permanente y una caballerosidad singular, siempre se le veía guitarra en mano y con su música criolla. Las canciones que él creó son bellísimas, con una gran interpretación del ser guanacasteco”, añadió Peña.

En los años 80, durante una visita de un grupo de periodistas costarricenses a Acapulco, Peña logró constatar el éxito que había alcanzado Chamorro en esa nación, donde se presentaba como titular en algunos reconocidos escenarios de esa ciudad, ubicada en la costa pacífica mexicana.

Una anécdota que recordó Peña, fue cuando Chamorro coincidió con el compositor de Luna liberiana, Jesús Bonilla, hace unos 30 años en un concierto con la banda de Alajuela.

“Manuel Chamorro era un intérprete que a don Jesús le producía gran entusiasmo, en especial cuando cantaba Luna liberiana, ese día los dos se agigantaron en el escenario. Jesús dirigió la banda con gran magistralidad y Manuel realizó una impecable interpretación”, recordó.