Kölbi buscó la fidelidad de los jóvenes con seis horas de música electrónica

Steve Aoki cerró el festival pasada la medianoche, luego de poner en marcha su clásica rutina de tirarles queques a sus fans. El DJ estadounidense compartió escenario con otros cinco homólogos.

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A menos de siete años desde la apertura de las telecomunicaciones en Costa Rica, el duelo por la confianza, el cariño y el dinero de los clientes sigue a toda máquina en distintos escenarios. Pero algo es obvio: cuando las empresas de telefonía móvil quieren atraer a jóvenes, la música es la mejor herramienta.

Kölbi —el brazo móvil de la empresa estatal ICE— ha intentado llegarle a la juventud con conciertos de toda índole, desde patrocinios a giras nacionales de bandas locales como Percance hasta la producción de festivales con poca identidad.

Ahora, en su sexto aniversario, la marca consolidó el apartado de festivales con 6DK, actividad celebrada el sábado en el Centro de Eventos Pedregal.

Evitando cualquier representación de música acústica, Kölbi tomó el camino de la movida electrónica y aterrizó en un lugar de alta fidelidad jovial, como lo demuestran las publicaciones en redes sociales que hicieron muchos de sus asistentes durante y después del evento, y como se presenció la noche del sábado en San Antonio de Belén, cuando unas 6.000 personas pusieron sus cuerpos a merced de seis horas de mezclas musicales.

Con el DJ estadounidense Steve Aoki (considerado uno de los mejores DJs del mundo actualmente) como plato principal y con otros cinco músicos detrás de las grandes tornamesas, además de muchos otros atractivos más para el público más ligado a la tecnología social, 6DK fue una gran fiesta más que un concierto.

Caliente. El ágape estuvo marcado por la resonancia de beats , un público enérgico que respondía a cada golpe de tambor, y un calor que se le puede reprochar a la poca ventilación disponible en un aforo diseñado para miles de personas. Entre bebidas y salpicadas de pintura que no manchaban pero se sentían en la ropa y el cuerpo, la audiencia se recetaba placebos para el bochorno.

Quizá sea coincidencia o quizá tenga algo que ver con la marca que convocó a la actividad, pero la interacción con celulares móviles y cámaras tipo GoPro fue harto notable en una gran mayoría del público, el cual aprovechaba cualquier momento para tomarse un selfie con los amigos, grabar partes del concierto y mostrar su experiencia en 6DK en redes como Snapchat e Instagram.

Los asistentes tenían acceso a zonas de descanso donde podían cargar sus celulares, así como a cabinas para sesiones fotográficas con los amigos. Eso sí, nunca había pelo sin sangre: A cambio, Kölbi solicitaba información personal, como número de cédula y de teléfono, dirección de e-mail y nombre. Eso igual no importaba; las filas para participar de esas dinámicas eran constantes.

Espectáculo. El festival de electrónica contó con una sola tarima, desde donde sonó música durante poco más de seis horas seguidas, sin muchas pausas.

El músico costarricense Dan Robinson hizo las de animador, y de vez en cuando salía a hablarle al público en inglés y en español, interrumpiendo las presentaciones musicales para conversar con el responsivo y atento público.

En punto a las 6 p. m., los DJs locales Javier Portilla y Sotela mostraron una colección de remixes house y techno que prendieron al público desde temprano. Tocaron en el formato back 2 back , que significa que uno pone una pieza y el otro se monta encima con otro tema, y así sucesivamente.

Mismo formato usaron Tocuma y Jurgen Dörsam, otros locales que enfocaron su repertorio más hacia el pop, con apariciones de clásicos como La macarena y Hollaback Girl . Por otro lado, piezas actuales famosas como Lean On y How Deep Is Your Love sonaron básicamente en todas las presentaciones de la noche; claro, en versiones distintas, pero con la misma respuesta del público.

Avanzado el espectáculo apareció la DJ estadounidense Jack Novak, quien a pesar de lo que su nombre infiere es mujer. Compartiendo regalos con el público y poniendo a la gente a cantar canciones como Human , de The Killers, Novak no dejó la fiesta morir antes de la estrella de la noche.

A las 10:15 p. m., Steve Aoki hizo su ingreso al escenario en el que permanecería poniendo música durante poco menos de dos horas. Los saltos de los presentes —comunes durante todo el evento— se duplicaron por su presencia, y aunque no le tiró tantos queques al público como la vez pasada que vino al país (en junio del 2014), las personas quedaron encantadas con su presentación.

En este tipo de conciertos es común que los DJs utilicen una fórmula ganadora: cada dos o tres minutos, las canciones bajan de revoluciones y quedan desiertas de percusión, solo para luego volver a explotar y con ello generar emoción en el público. Aoki es el maestro de esta técnica; cuando se está en un concierto de él, se sabe que en menos de un minuto el lugar se va a querer caer.

Tanto en lo musical como en mercadeo, el festival 6DK fue un intento obvio para ganar fieles.