Flaming Lips fue alucinante

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San José (Redacción). “Ellos son el mejor grupo motivacional de la historia; escucharlos y verlos en concierto es la mejor forma para sentirse bien”, dijo el estadounidense Walter Wright, quien se ubicaba eufórico entre el público por ver a una de sus bandas predilectas en tierra ajena.

Así resumió el sentimiento que le produjo Flaming Lips desde que comenzó su show en el Festival Imperial, a las 8:10 p.m.

La agrupación liderada por Wayne Coyne le sacó el jugo a su presentación de una hora y quince minutos. Si bien Cypress Hill se la dejó difícil a cualquier banda que le siguiera, The Flaming Lips supo hacer gala de todo su potencial para satisfacer a cuanto fanático los hubiera esperado desde bien temprano.

Como bien se había anticipado, el conjunto de Oklahoma hizo uso de sus trucos para mantener al público lleno de sorpresas. A las 8:15 los músicos salieron a escena, dispuestos a complacer desde el primer minuto. Cada miembro apareció detrás de una gigantezca pantalla de leds de la que nadie más hizo uso durante el día. Para cerrar con broche de oro la seguidilla de apariciones, Wayne Coyne salió -prácticamente- de la placenta de la proyección de una fémina virtual. El cantante se mantuvo por buen rato dentro de su famosa burbuja transparente, que le sirvió para pasearse sobre el público.

Al principio los Flaming Lips interpretaron War Pigs, de Black Sabbath, para luego darle paso a canciones como Yeah, Yeah, Yeahs , Yoshimi Battles the Pink Robot s y finalmente la nostálgica Do you Realize?

Con cada canción venía un artilugio nuevo o una sorpresa difícil de emular. Como regalo para sus fans, los norteamericanos subieron a varios de ellos (y a la cantante mexicana Ximena Sariñana) a que bailaran sobre el escenario vestidos con disfraces de los personajes de la película El Mago de Oz . ¿Con un espectáculo así quién no querría ser parte de su presentación?

En otras canciones la banda lanzó confeti por doquier, disparado desde la tarima y por los mismos músicos, poco antes de que apareciera un alien gigante, o por lo menos alguien que se había disfrazado como tal. Las proyecciones siguieron durante todo el concierto, alternadas únicamente por las tomas en primer plano del mismísimo Coyne, tomadas por una cámara colocada en su micrófono. Aquello parecía que el público chateaba con él por video.

En resumen, Flaming Lips dio una presentación única que, en cuestiones técnicas y sorpresas, definitivamente se lleva el título de la mejor en lo que va del Festival Imperial 2012. Aunque el público se fue yendo poco a poco hacia la tarima este, la agrupación fue ovacionada por los que se quedaron hasta el final, a escasos artistas les han pedido “otra” el día de hoy.Encuentre más sobre el Festival en www.nacion.com/festivalimperial