Fila temprana para concierto de Black Sabbath en Costa Rica: pasión, amistad y melomanía

Los más fiebres Varios fans de la banda británica procurar tener el mejor campo y la mayor diversión en el concierto de este 22 de octubre

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A las 10:40 a. m. del viernes, siete hombres y una mujer hacían fila en la entrada de la esquina noreste del Estadio Nacional, en La Sabana.

Algunos de ellos llegaron desde el lunes 14 de octubre, mientras que los demás fueron uniéndose en el transcurso de la semana. No han estado ahí todos los días, sino que se han turnado con sus amistades, para cumplir con sus deberes.

El brillo en sus ojos es tan evidente como su cansancio, siempre disimulado con el recuerdo de la realidad: “Uy mae, ¡vamos a ver a Black Sabbath en vivo!”.

Y es que el concierto que la banda inglesa de rock dará en ese recinto el martes 22 de octubre es motivo suficiente para, prácticamente, echarse a dormir en la calle.

Sin embargo, ese no es el único esfuerzo que deben hacer para cumplir su meta: también deben soportar insultos de peatones (el típico es “¡busquen brete, vagazos!”), presiones y malas actitudes de la Policía, y hasta asaltos.

La mañana del viernes, al menos la mitad de ellos detalló que ya les habían robado el celular; a unos mientras dormían y a otros mediante el susto que meten dos tipos armados en la solitaria Sabana.

“Sin embargo, todo esto vale la pena”, asegura Gabriel Valerio, joven de 17 años que empezó esta travesía desde el lunes y tiene la entrada al concierto en sus manos desde el día que salieron a la venta, hace un par de meses, a las 7 a. m.

“Cuando usted está en un chivo en primera fila, se da cuenta de que es otra experiencia; tener a los maes de cerca es lo mejor”, dice.

Ante las críticas, Hades Jara (vecino de Coronado, de 23 años) refuta: “Black Sabbath es una de mis bandas favoritas, inculcada por mis padres. Es una leyenda que llevo en mi corazón. Tal vez la gente dice: ‘usted no trabaja’, pero yo trabajo y estudio; todo esto realmente es pasión por la música, algo que otros quizá sentirán por Gilberto Santa Rosa o Camilo Sesto”.

Otro de los jóvenes, Hans Navarro, llegó al lugar el jueves, pues quiso evitar los tumultos de los dos partidos que se realizaron esta semana. Al ver que los demás en la fila no tenían tienda de campaña, armó y compartió la suya.

Navarro cuenta que su gusto por Sabbath es herencia de sus padres, y que cuando niño tenía una “cuna con un parlante con Sabbath”. A quienes preguntan por sus padres, les dice: “Están contentos de que esté acá, porque uno cumple con sus responsabilidades”.

“Esto es totalmente complementario, y es parte de una tradición de venir y compartir con otros fans de la misma música, conocerse y formar parte de una cultura que tiene su identidad”, dice.