Faith No More y la maravilla de la originalidad

El grupo de rock que nadie sabía cómo clasificar en los 90 está, contra todos los pronósticos, a punto de debutar en suelo tico. La historia de moldes reventados es contada aquí por uno de sus protagonistas

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En 1990, tras trabajar la temporada navideña en la tienda de mis tíos, tomé el bus a San José. A pocos pasos del parque Central estaba La Jungla del Disco, una de esas tiendas a las que, a falta de plata, los colegiales solíamos entrar solo “a ver qué hay”. Pero ese día me sentía poderoso e iba con un puño de billetes en la bolsa en pos de mi primer casete original: The Real Thing , de Faith No More .

Para ese entonces Billy Gould era un músico en ascenso, al que las puertas del éxito discográfico se le abrían de par en par por ese mismo álbum por el que yo pagué ¢2.800. Y sí, al hablar de aquellos tiempos, Billy recuerda haber tenido claro que lo que él y sus compañeros creaban era único.

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Tanto a Billy como a mí, Faith No More (FNM) nos cambió la vida. A él lo convirtió en un referente internacional del rock , con giras planetarias, millones de copias vendidas y una escuela de bandas aprendiendo de su trabajo. A mí, aquel quinteto californiano me arrojó de lleno en el tsunami que, bajo la vaga etiqueta de “ rock alternativo”, le dio revolcones a toda una generación.

Hoy, Billy es la voz de la experiencia. Una experiencia derivada de enfrentarse a la maquinaria discográfica corporativa; de hartarse de la fama, de sus compañeros, del grupo que lo hizo un referente. Este bajista tiene 52 años y créditos que van más allá de lo hecho con FNM: produce a muchos en el estudio de grabación; fundó su propio sello independiente – Koolarrow Records –, con el que promueve a artistas de distintas partes del orbe, y se ha dado el taco de formar parte de agrupaciones tan únicas como disímiles, tipo la banda grindcore Brujería y los supergrupos Shandi’s Addiction, Fear and the Nervous System y Jello Biafra and the Guantanamo School of Medicine.

Para cuando Bill empezó a visitar Costa Rica como turista, La Jungla del Disco ya era historia (al igual que casi todas las tiendas de discos del país). Acá se ha dado mil gustos, menos ese que ni él ni nosotros veíamos posible: presentarse con Faith No More frente al público costarricense.

El 15 de setiembre próximo, el pendiente quedará saldado. La vida da vueltas y ahí anda FNM otra vez, con su nuevo álbum Sol Invictus aún fresquito y visitando países pendientes... como el nuestro.

De cómo sucedió todo lo anterior, Bill tiene mucho qué decir:

La noticia de su concierto en Costa Rica nos tomó por sorpresa. La verdad nunca esperamos verlos en vivo por acá...

Fue igual para nosotros. Será nuestra primera visita a Centroamérica y me alegra mucho que se concretara.

Recuerdo haber visto una foto suya con una camisa de la cerveza Imperial...

Correcto. Ese soy yo .

¿Cuántas veces ha venido a Costa Rica?

Unas 20 veces. Tengo amigos que viven en Nicoya y me he movido por toda esa área, y un poco por San José. Ustedes tienen un gran país.

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Con su sello, Koolarrow, se nota un esfuerzo por reunir talento ecléctico y único, de todas partes del mundo. ¿Cómo se da el contacto con esas bandas?

Como tengo la suerte de ser un músico que se va de gira, eso me permite entrar en contacto con distintos tipos de música que no escucharía si no saliera de Estados Unidos. De hecho, me interesa, al ir a Costa Rica, estar en contacto con la música local. Así es como se hace.

”Es muy fácil exportar música desde los Estados Unidos, mientras que nada nos viene de afuera. Es difícil para bandas de otras partes del mundo el entrar a Norteamérica y por eso buscamos artistas muy únicos para introducirlas en nuestro país”.

De hecho, varios de los artistas de Koolarrow están abriéndole a FNM durante esta gira...

Sí, es genial. Todos en la banda somos muy abiertos de mente en lo musical y tratamos de hacer el concierto interesante, diferente, y hay grupos de mi sello que son muy progresivos y debemos ayudarles a obtener más oportunidades; debemos ser responsables con nuestra plataforma.

Un nuevo disco de FNM no estaba en los planes de nadie hace apenas un par de años. ¿Se les hace raro verse en lo alto de las listas de discos de “Billboard” en el 2015?

No sé cuán en serio nos tomamos esas listas entre nosotros. Si es extraño y a la vez sorprendente estar aquí, 15 años después, haciendo música nueva, juntos.

La relación de FNM con las disqueras no fue la más feliz en su momento. Desde entonces ustedes han hecho las cosas a su manera. ¿Puede una banda del tamaño de FNM operar fuera de la industria?

No lo sé, en realidad. Hay muchos cambios sucediendo en el mundo de la música justo ahora. Lo que está hoy puede ser completamente diferente en un año. Lo que puedo hacer es verme, subjetivamente, y tratar de mantener la inspiración para seguir haciendo música y lograr que esa música sea relevante.

Sin embargo, hace 20 años lo que más le importaba a muchas bandas era impresionar a las disqueras. ¿Seguimos necesitando ese modelo hoy?

No. Las disqueras eran para desarrollar a los artistas y los discos eran cómo la gente descubría al artista. Hoy, el músico tiene más el control sobre cómo se da a conocer, pero a la vez esto se vuelve más complicado. Creo que cualquier músico que quiera que las cosas pasen, encontrará la manera de hacerlo.

Aparte de su trabajo con FNM, también es conocida su inclinación a participar con supergrupos y proyectos colaborativos. ¿Hay alguno de estos en sus planes a futuro?

Siempre. Me encanta trabajar con distintas personas, se aprende de todos. Tenemos algo con FNM y es genial tocar con un mismo grupo de personas por tantos años, pero igual toda la gente habla su propio lenguaje, y me gustaría poder conocer más de esos lenguajes en el futuro.

¿Y hay algún músico en particular con el que le gustaría colaborar?

Pregunta grande. Soy de mente abierta y si un músico tiene perspectiva y actitud, me gustaría trabajar con él. Se trata más sobre la energía y lo divertido que es el proceso.

Si bien la banda ha grabado tres álbumes desde la salida del guitarrista Jim Martin, cada vez que se habla de una reunión o gira de ustedes, muchos fans preguntan sobre un eventual regreso de Jim. ¿No se cansan de esto?

Ya no nos importa tanto. Al principio tal vez sí, cuando nos reunimos. Él no ha estado en la banda desde 1993... ¡Son 22 años! Pero nos da igual, está bien.

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¿Cuáles son los planes después de la gira: seguirán como banda o vuelven a sus proyectos personales?

Ahora operamos por pasos y, al final de cada paso, nos sentamos a hablar. Al cierre del tour veremos qué queremos hacer. No hay una respuesta correcta, no hay respuesta incorrecta. Lo que vayamos a trabajar debe tener a todos en la misma página.

The Real Thing fue para muchos jóvenes de los 90 un disco fundamental. ¿Tenían en aquel momento una idea del impacto de la música que estaban creando?

Creo que sí. Las bandas con las que tocábamos entonces no eran muy compatibles con nosotros y sentíamos que éramos diferentes y que sí, estábamos haciendo algo diferente.

– ¿Qué sienten cuando un jovencito se les acerca a decirles que eran la banda favorita de su papá?– Estamos oyendo de esos casos más a menudo. Es extraño, divertido, me hace reír, pues nunca nos vi como una banda que estaría tocando en estas épocas: si te fijas ya tengo edad para ser abuelo, lo cual se me hace extraño. Es algo bueno oír que hicimos la diferencia para la gente hace mucho tiempo, pero lo que me importa es que mientras sigamos inspirados, seguiremos haciéndolo.

Como fan me resultaba muy molesto cuando algunos medios los tildaban de one hit wonder , debido masivo éxito de Epic . ¿Cómo grupo esto les afectó?

Éramos una banda difícil de clasificar, y para los medios entre más pronto desapareciéramos, mejor. La gente nos decía quiénes se suponía que éramos y debimos vivir con las consecuencias. Cuando alguien te llama one hit wonder es porque no sabe nada de tu grupo y crea la manera en la que debíamos ser percibidos, y sí, era frustrante porque había mucho trabajo más allá de aquel “único éxito”. Debes vivir con eso, así funcionan los medios.

Sin embargo, decir que Epic es la canción más representativa de FNM es un gran error...

Cierto, y quien dice eso lo que demuestra es ignorancia y que no está interesado en la banda, pues somos muchas cosas distintas.

Entre sus álbumes, ¿hay alguno que sea el más Faith No More de todos?

No creo porque con los años pasamos por cambios personales, y cada disco es parte de una distinta era creativa. Angel Dust es un álbum completamente distinto de The Real Thing pero los dos son FNM. Lo que tratamos de hacer fue ser honestos con quienes éramos en determinado período de tiempo y espero que cada álbum sea el reflejo de FNM en ese período de tiempo.

– Es conocida su inclinación por interpretar canciones de otros artistas que distan mucho de sonar como FNM (The Commodores, Bee Gees, Black Sabbath, Deep Purple, Henry Mancini). ¿Cuáles canciones les quedan pendientes del playlist?– Hay muchas, muchas. Ahora no puedo precisar una, dado que suele ser un proceso muy espontáneo para escogerlas.

En los años 80, ustedes se dieron a conocer diciéndole al mundo que “sí les importaba” ( We Care a Lot ). ¿Todavía les importa?

Tiene que importarnos. Cuando ustedes vayan a nuestro concierto y vean la manera en la que tocamos, la energía que ponemos, ahí podrán notar que todavía nos importa.

Tome nota

Faith No More actuará el 15 de setiembre en el auditorio de Parque Viva. Las entradas cuestan ¢25.000 en preferencial lateral; ¢35.000 en preferencial central, y ¢55.000 en el golden circle (frente al escenario). Están a la venta en www.eticket.cr y sus puntos autorizados.