El legado intachable de Black Sabbath

¿Qué tienen en común músicos de bandas como Gandhi, Sight of Emptiness, Marfil, Colémesis y Sonámbulo? Que todos sienten una gran admiración por Black Sabbath. ¿Por qué es importante Black Sabbth? Ellos dieron sus opiniones al respecto a Viva, y... ¡las razones sobran!

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Considerada una de las bandas que abrieron el portillo para que existiera la música heavy metal, Black Sabbath influyó en todo tipo de músicos de las más variadas vertientes y marcó la pauta para el futuro de un rock and roll más oscuro y abrasivo.

Más de 40 años de historia han llevado a la banda a la cima de la historia del rock, en donde comparte un pedestal exclusivo con contemporáneos como Led Zeppelin y Pink Floyd y son celebrados en el reino de los que, con sus instrumentos, han tenido la osadía de innovar y revolucionar no solo la música, sino también a las personas que la consumen e interiorizan.

De cara al concierto del 22 de octubre en el Estadio Nacional, que traerá por primera vez a Black Sabbath a Costa Rica, Viva conversó con músicos de la escena costarricense acerca de la influencia que la banda tuvo tanto en el mundo de la expresión musical como en sus propias creaciones artísticas, con el objetivo de destacar la importancia de que una banda de esta magnitud ofrezca un concierto en el país.

Antecedentes. Black Sabbath se formó en 1969 con la conjugación de los talentos y la visión de cuatro jóvenes ingleses: el guitarrista Tony Iommi, el cantante Ozzy Osbourne, el bajista Geezer Butler y el baterista Bill Ward (el único que no forma parte de la alineación actual, y que es sustituido en vivo por Tommy Clufetos).

El panorama musical de la época era muy distinto al que vino tras sus primeros discos. Claro, había artistas buscando alternativas para refrescar una música que nunca ha dejado de estar en construcción, pero Sabbath fue el ejemplo perfecto de algo tan innovador y transformador que incluso asustaba a la crítica de entonces, a pesar de que le encantaba a la juventud.

En 1970, la banda lanzó sus primeros dos discos, que hoy son íconos intocables del rock. Durante el resto de la década, el cuarteto siguió grabando producciones que evidenciaban su evolución y constante búsqueda de nuevos horizontes, lo que catapultó rápidamente su nombre como uno de los más prestigiosos del ámbito musical.

A la postre, Sabbath influyó no solo en su generación, sino prácticamente en todas las que vinieron después, por lo menos en el rock.

“Esos maes ya habían tocado y se habían hecho famosos, y mis tatas ni siquiera se habían conocido”, bromea Eduardo Chacón, vocalista de Sight of Emptiness, la agrupación costarricense que justamente abrirá el concierto de este martes en el Estadio Nacional.

“Al ser pioneros del heavy metal mundial, indirectamente me han influenciado”, comenta Chacón, quien no se considera fan a muerte de la banda, pero sí alguien que disfruta de su música. “He escuchado todos los discos, y uno siente que en géneros como el doom (rama lenta, densa y pesada del metal), Sabbath es una influencia enorme, con todos esos acordes disonantes”.

Aarón Retana, maestro de guitarra y músico del grupo Master Class, tiene algo claro con respecto a Sabbath: “Es el origen de todo lo que es metal . Lograron encontrar una fórmula que nadie había descubierto; hablando de temas misteriosos y oscuros, mientras que Iommi conseguía sonidos que nadie antes había hecho con la guitarra”.

“Todos los que tocamos metal, de alguna u otra manera fuimos influenciados por Sabbath, desde los acordes hasta el tipo de armonía, el tipo de letras, la duración de las canciones, que no eran de tres minutos, sino que tenían trasfondo”, explica Fabián Bonilla, cantante y guitarrista de Colémesis, una institución del metal costarricense.

Bonilla también rescata que la banda trabajara álbumes conceptuales con su estilo musical, hecho que, aunado a lo demás que hicieron, representaron una “rebeldía implícita” que viene siendo “fundamental” para el rock.

Melodías. El legado de Black Sabbath es tan grande que no se limita a salpicar únicamente a roqueros de cepa, sino también a músicos de otros géneros, que, a su vez, usan esa influencia para transmitir cierto tipo de ideas a su público.

“Vea, pa’, yo no grito como grito gracias al chachachá”, alega el singular Mauricio Ariza, timbalista de Sonámbulo, que periódicamente toma el micrófono para aportar, justamente, algunos alaridos en las canciones de la popular banda local de vertiente psicotropical.

“Los riffs tan oscuros de Iommi y la afinación del Ozzy fueron una combinación perfecta”, comenta Ariza. “Es la síntesis de una música que tiene un misterio y una rebeldía y que a mí me curó en mi adolescencia; Sabbath fue uno de los grupos que me sacaron toda la rabia y que me ayudaron a sobrevivir”.

Al escuchar la música de Marfil, otro popular grupo local, es fácil llegar a la conclusión de que lo suyo y lo de Sabbath son mundos aparte. Pero no: la música todo lo puede y el guitarrista de Marfil, Isidor Ash, es un músico con un profundo respeto por la agrupación inglesa.

“Oí a Black Sabbath cuando estaba muy joven, y considero a su guitarrista como una gran escuela cuando aprendí a tocar”, comenta Ash. “Mi gusto por el rock definitivamente nació oyendo a Sabbath, Frank Zappa, Floyd y Santana”.

Abel Guier, bajista de Gandhi, Parque en el Espacio y un sinfín de grupos más, también recuerda con buenos ojos la influencia que tuvo la banda en su ímpetu para tocar música. “Geezer Butler es una influencia vital y es un bajista subvalorado, por el estilo y la fluidez con la que toca”, dice Guier.

“Geezer tiene peso, pero también aporta melódicamente”, continúa. “Hay una forma en su estilo de tocar que me identificó mucho. Aunque no lo estudié tanto, ahora siento una empatía y una conexión con él. Pero lo más importante no es solo Sabbath, el grupo, sino lo que generó una corriente y un movimiento de músicos de toda una época”.

Legado. “A la hora de hacer rock, Iommi implementó un sonido de guitarra conocido como tritono, que era prohibido en la Edad Media porque se le conocía como la nota o sonido del diablo”, revela Paul Vega, conductor del programa Rock sin fronteras, de Radio U.

Vega considera que eso convirtió a Sabbath en algo inédito para su época, a lo cual se le suman los temas del ocultismo que Butler incorporó en las letras, dándole un histórico “halo de oscuridad” al grupo. “En ese momento ni siquiera se le decía metal ; era nada más un rock oscuro, más pesado de lo normal”.

Luego, cuenta Vega, cuando la nomenclatura de los géneros se definió por el sonido y no las letras, fue que se empezó a ligar a Sabbath con el metal. “De su sonido surgieron géneros como stoner (subgénero del metal con afinaciones graves, tempos medios y bajos pesados) y doom, así que ellos son los padres de dos subgéneros más”.

Isak Arroyo, guitarrista de Advent of Bedlam, secunda lo dicho sobre el legado, y agrega: “Solo con el nombre marcaron algo; solo hablar de un ‘sábado negro’ es como algo ofensivo para el culto religioso. Ellos querían romper con los paradigmas, y lo lograron”.