El anfiteatro del Parque Viva: en pro de la mejor experiencia

Finalmente, Costa Rica alberga un recinto diseñado con el único propósito de cumplir con los estándares necesarios para espectáculos de calidad y de ofrecerle a la audiencia, artistas y productores las mejores condiciones posibles.

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Durante décadas, la realización de conciertos en Costa Rica ha tenido que conformarse con aforos de gran capacidad (como estadios), otros de mediana capacidad (como el Palacio de los Deportes) y un sinfín de pequeños recintos, ninguno construido específicamente para espectáculos en directo.

No solo el público se ha visto afectado con estos inmuebles acondicionados para actividades en vivo, sino que también los productores han visto complicaciones en su labor al tener que equipar los recintos con sonido, entarimado y servicios cada vez que organizan un concierto.

Este fin de semana, esa suerte cambiará con la llegada del Parque Viva, en el antiguo Autódromo La Guácima, en Alajuela, el cual contará con un anfiteatro de primer mundo para la realización de actividades de artes escénicas y musicales, entre otras.

El Anfiteatro Coca-Cola se estrenará de la mano de la Orquesta Filarmónica de Costa Rica y con varios conciertos internacionales, y entre todos estos espectáculos se escribirán las primeras páginas de la historia de un recinto que podría marcar una gran diferencia en la forma en la que experimentamos la música en vivo.

Experiencia. Desde antes de su construcción, el auditorio fue diseñado tomando en cuenta las consideraciones necesarias para que la experiencia del público, de los artistas y de los productores sea la más placentera posible.

En el proceso del diseño participaron firmas extranjeras como DLR Group y Walters-Storyk Design Group (WSDG), y locales como Garnier Arquitectos, con un plan maestro que procuraba cuidar minuciosamente cada detalle que tuviera que ver con producción, sonido y panorama.

“El lugar está pensado para abarcar todas las necesidades de cualquier espectáculo”, comentó Guillermo Gómez, de Decibel Brothers, empresa de sonido que entró como asesora de Bliss Entertainment, la compañía que administra el Parque Viva.

“Hay un área de controles para sonido, video y luces, en una zona donde no obstaculiza la visión de ninguna persona en el anfiteatro. Las pendientes del recinto están pensadas para que la gente no se tape”, manifestó Gómez.

Así las cosas, la premisa de la administración es que en el auditorio se podrá escuchar y ver bien cada espectáculo desde todos los ángulos del aforo, sin importar si es el área techada o al aire libre.

El anfiteatro es capaz de albergar a 16.000 personas (9.000 en la gramilla natural y 7.000 en las butacas bajo techo), pero prácticamente todos los espacios se pueden acomodar a las distintas audiencias que requieran los shows .

El área techada está construida sobre 6.238 metros cuadrados, donde además del espacio para el público se encuentra –por supuesto– el escenario, el cual mide 24 metros de frente, 16 metros de alto y 17 metros de fondo.

En la parte superior del escenario se ubica un techo con características especiales que evitan la contaminación sonora y mejora la calidad de sonido del aforo.

Sobre la calidad del anfiteatro y lo que representa, el ingeniero de sonido Óscar Marín se expresó así: “Es un lugar hecho para conciertos; el sistema de sonido y luces, la acústica, la tarima, todo... Es de primer mundo, como los que uno conoce afuera del país”.

Las puertas están abiertas. Ahora queda en manos del futuro la oferta de espectáculos que tras ellas podremos disfrutar.