Crítica de música: VI Concierto de Temporada Oficial de la Sinfónica Nacional

Una sustitución y una mala pasada en el VI Concierto de la Sinfónica

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La obertura El Corsario , de Hector Berlioz, forma parte de un conjunto de obras de una pléyade de autores de la primera mitad del siglo XIX, quienes partiendo de la introducción instrumental de la ópera bosquejaron una nueva forma musical: la obertura de concierto, que a su vez terminaría cediendo lugar al Poema sinfónico, el género descriptivo por excelencia.

No obstante, esta brillante pieza sinfónica a pesar de tener claras referencias literarias (Byron, Cooper) no puede ser considerada programática dada la ausencia de una narrativa explícita de acontecimientos dramáticos. Muchos ven en ella diversas fuentes de inspiración: una travesía tempestuosa en el Mediterráneo; el paisaje marítimo en el puerto de Niza e incluso un grave desengaño amoroso por el cual Berlioz pensó en el suicidio.

Aunque fiel a los orígenes operáticos, la obertura se aparta un poco del esquema tradicional al comenzar con un tempo muy rápido en lugar de la introducción lenta acostumbrada en la obertura italiana.

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Transgresión que, sin embargo, ya habían practicado Mozart ( Fígaro y La flauta mágica ), Rossini ( Semiramide y La Scala di Seta ), Glinka ( Russlan y Liudmila ) o el mismo Berlioz en su Carnaval Romano.

Brillante y virtuosa , la música de El Corsario representa un importante reto afrontado con éxito desde ya hace algún tiempo por la Sinfónica Nacional.

Con nostalgia recuerdo la espléndida interpretación de Irwin Hoffman en los 80, de la cual lamentablemente un técnico de sonido arruinó para siempre la grabación. David Lockington, por su parte, logró una versión amena y expresiva a partir de una gestualidad elegante y sin exageraciones en el podio, cosa que hemos echado de menos en los últimos años en el país.

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Solista. La participación en este concierto del violinista ruso Misha Keylin obedece a una segunda cancelación consecutiva de Dylana Jenson –estuvo invitada también en el concierto inaugural de la temporada del año pasado–. Ausencia que el público castigó con dureza dejando una importante cantidad de asientos vacíos en el VI Concierto de Temporada de nuestra orquesta.

No se me interprete mal, aunque las comparaciones sean inevitables, Keylin está tan cerca del más alto nivel interpretativo que si de pronto recorriera esa “milla extra” probablemente no podríamos traerlo al país, mucho menos para una sustitución de última hora.

Su propuesta del concierto de Sibelius estuvo a un tris de alcanzar los más altos parámetros de calidad de sonido, precisión y expresividad que esta obra pide.

En el motivo inicial, por ejemplo, un sonido terso y delicado auguraba una interpretación magnífica a la cual el violinista se aproximó notoriamente en la complicada cadenza del primer movimiento y en el vigoroso final.

Sin embargo, en el segundo tiempo no alcanzó a transmitir a plenitud el trasfondo expresivo de sus amplias melodías, que teñidas de una luz misteriosa caracterizan mucha de la música del compositor nórdico.

Sinfonía con órgano. Un rotundo fracaso, por el contrario, fue la utilización de un órgano electrónico en la Tercera sinfonía de Saint Saëns. Con una registración de música de videojuegos, muchas de las intervenciones del Rex instrumentorum se escucharon francamente ridículas.

No termino de asombrarme de la poca imaginación, o tal vez ausencia de un mínimo de conocimientos artísticos de los administradores de la Sinfónica que planearon esta temporada.

Recientemente, se terminó la restauración del magnífico órgano de la Basílica de Cartago y bien podría haberse programado ahí este concierto.

A pesar de esta mala pasada administrativa, el director invitado mantuvo con dignidad una versión de la sinfonía intensa y profusa en colores; aunque una relativa inseguridad, bastante perceptible al inicio, impidiera disfrutar de las grandes líneas de la obra y de conexiones y contrastes entre sus partes.

FICHA ARTÍSTICA

Orquesta Sinfónica Nacional: VI Concierto de Temporada Oficial 2016.

Lugar:Teatro Nacional.

Fecha:Viernes 10 de junio, 8:00 p. m.

Director invitado:David Lockington.

Violinista:Misha Keylin.

Música de: Berlioz, Sibelius y Saint Saëns.