Crítica de música: Gipsy Kings es fiesta permanente

En su visita a Costa Rica, el 18 y 19 de marzo, se notó cómo el legado de la banda gitana persiste con una gran calidad musical

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Con la mención del nombre Gipsy Kings viene inmediatamente una melodía a la cabeza. Tal vez sea Bamboléo o más bien Djobi, Djoba. De alguna forma mágica, todos esos temas están interconectados por ese ritmo festivo y contagioso de la rumba gitana, que los hace tan fácilmente reconocibles.

La propuesta del grupo se convirtió en leyenda tras más de cuatro décadas en la que han fusionado diversas influencias con gran sabiduría. Su material está perfectamente ejecutado, además es rítmicamente interesante y capaz de alegrar, inclusive durante las tonadas que llevan cierta melancolía.

En su visita a Costa Rica, el grupo vino en su encarnación de ‘Gipsy Kings by Andre Reyes’. El otro formato que existente actualmente es de Nicolás Reyes (hermano de Andre). No viene al caso comparar las diferencias que pueda haber entre las dos versiones, lo importante es que la calidad del conjunto que nos visitó no dejó duda alguna de su talento y permanencia.

Estos Gipsy demostraron que quienes integran el grupo no están ahí solo por una conexión familiar (en su mayoría son primos o hijos de Andre). Cada integrante es evidentemente hábil musicalmente y no digo diestro, porque hay tres zurdos en el grupo.

En varios temas eran seis guitarras las que estaban en escena, cinco de ellas ejecutando un papel más rítmico, mientras que una sola (la del primo Mario) hacía la labor de un requinto o guitarra solista. Todo esto ocurría mientras en segunda fila, en las sobretarimas, había un tecladista francés, un percusionista brasileño, un bajista portugués y un baterista francés haciendo un trabajo magnífico.

Andre lideraba las piezas con la voz de un cantaor experimentado de flamenco. Sin embargo, junto a su liderazgo, había alternancia con sus compañeros, dándole espacio para cantar también a los integrantes de la nueva generación. De esta forma se disfrutó una gama variada en timbres e intensidades, inclusive con la aparición de una voz más nasal que hacía melismas típicos de la música de la india en el tema La montaña.

El primo Mario también fue protagonista en al menos dos temas instruméntales. Su guitarra no paraba de requintear, casi siempre para bien, pero a ratos quizá daban ganas de que dejara de responder cada frase de la voz cantante.

El repertorio de los Gipsy varió con propuestas de jazz latino, salsa y balada. Frente al público enérgico que colmó el Teatro Popular Melico Salazar bastaron apenas dos canciones para que se levantara de los asientos. La canción Baila Me trajo el ánimo al tope cuando aún quedaba casi hora y media de presentación. El tiempo se pasaría muy rápido, entre una rumba y otra.

La fluidez se dio, quizá, gracias a la ejecución distendida entre los músicos, a la versatilidad compositiva o a la dinámica tan familiar (valga la redundancia). La aparición de temas como A mi manera (Cover de My Way, popularmente interpretada por Frank Sinatra) o la infaltable Volare hicieron del espacio una gran fiesta que no pierde vigencia.

El concierto

Artista: Gipsy Kings by André Reyes

Lugar: Teatro Popular Melico Salazar

Fecha: 18 y 19 de marzo

Organización: Interamericana de producciones