Crítica de música: El homenaje como excusa

Tres artistas se cobijan bajo el chal de La voz de América, a quien dejan algo olvidada.

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A León Gieco, Víctor Heredia y Piero se les olvidó que estaban rindiendo un tributo a Mercedes Sosa. Al menos eso pareció durante la mayor parte de su espectáculo en conjunto, Gracias a la vida. Fue hasta el final en que la difunta cantante argentina se convirtió en verdadera protagonista de la noche.

Asistir a un homenaje en el que la persona supuestamente homenajeada es honrada de manera marginal resulta bastante raro pero así funciona este show a cargo de tres coterráneos de La voz de América: primero yo, segundo yo, tercero yo, y de cuarta Mercedes Sosa.

No se le pueden restar atributos a ninguno de los tres cantautores, pero simplemente la expectativa que generan es otra.

En cambio, el título del show es engañoso y también lo es el preámbulo de la presentación de los internacionales. Mientras se alistaban las líneas e instrumentos para que comenzaran los artistas, se proyectó un extracto de documental en el que Sosa se ve ensayando temas a dúo junto a vocalistas como Fernando Barrientos, Joan Manuel Serrat y Gustavo Cerati, para las sesiones de grabación del disco Cantora, un viaje íntimo (2009).

El audiovisual se sentía como un nostálgico recordatorio capaz de resquebrajar el corazón y aguar los ojos con tan solo ver las imágenes y escuchar la voz de quien, se suponía, iba a recibir un homenaje en pocos minutos.

Aparecieron entonces Gieco, Heredia y Piero, simultáneamente y sin más acompañamiento que una guitarra. Juntos interpretaron Como la cigarra, un tema que Sosa hizo suyo en algún momento de su carrera. Todo parecía ir bien.

Súbitamente quedó solo Gieco en el escenario y entonces habló y habló de él, de cómo comenzó su carrera y cuántos discos ha grabado. También conversó dos veces sobre la película que dirigió recientemente y de nuevo habló de él. El artista parecía el protagonista de uno de esos chistes-cliché en los que se deja al argentino como ególatra. ¡Bárbaro!

Gieco además hizo un repaso de temas de varios coterráneos y propios que fueron bien aplaudidos, pero se encargó también de que la conexión que se había logrado con un emotivo video de Mercedes Sosa se destruyera con facilidad.

León Gieco durante el homenaje

El segundo artista en escena fue Víctor Heredia, quien al menos contó algunas anécdotas que había tenido con "La negrita". La recordó a través de temas suyos que ella en algún momento grabó e interpretó en numerosas ocasiones a su lado, como Razón de vivir.

Heredia hizo gala de una voz potente y llena de sensibilidad, junto a varios instrumentistas que se sumaron en escena para agregarle más cuerpo a la presentación.

Piero —el tercero a bordo— con costos se sacó la mano izquierda del bolsillo, pero el repertorio seleccionado tuvo buena acogida entre el público adulto. Es decir, fue soso pero exitoso.

Con el reingreso a la tarima de Gieco y Heredia, entonces sí sonaron las piezas que se popularizaron en gran medida por la voz de Mercedes Sosa. El mentado homenaje cobró sentido hasta el final... "hasta que por fin", se podría decir.

Es importante rescatar la labor del grupo nacional Malpaís, encargado de abrir el concierto. El septeto consiguió con rapidez una conexión con el público y protagonizó la intervención más sólida de la noche, a nivel sonoro y de interpretación.

Los cuatro temas que ejecutaron lamentablemente se hicieron breves, pero al menos no pasaron sin la pena ni gloria con la que casi pasa Mercedes Sosa, en un homenaje en el que sus coterráneos casi se olvidan de ella.