Crítica de música del disco 'Río Adentro', de Café Surá

El segundo álbum del grupo nacional muestra diferentes rostros que van más allá del reggae.

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Desconfiados de la efectividad de un álbum de larga duración, los miembros de Café Surá repartieron un lanzamiento discográfico en cuatro volúmenes, por lo que su salida se segmentó a lo largo de este 2017.

Bajo “subtítulos” distintos, el material fue ordenado también por temáticas, siendo cada disco corto un mensaje en sí mismo, y la vez una parte de la identidad de la banda.

Arrojarse (lanzado en marzo), trata sobre la reconexión con nuestra esencia individual, más allá de las repeticiones rutinarias.

En la morada (mayo) reflexiona sobre lo que nos ha permite aferrarnos a este mundo. A su lado (de julio), versa sobre la belleza de nuestro entorno, mientras que Amar y yo (setiembre) es sobre el encuentro con uno mismo. Cada volumen incluye tres temas.

Se le podría considerar una colección de EP, aunque, musicalmente, la sumatoria de 12 temas tiene unidad, con el reggae como eje principal. En la morada, por ejemplo, se disfruta con facilidad de un ritmo reposado, con la percusión y guitarra tradicionales para el género.

Además, en muchas canciones el grupo plasma grandes influencias del jazz, que se hacen presentes en primer plano en diferentes momentos.

Aparecen también géneros diversos desperdigados de manera sustanciosa, desde una cumbia hasta una salsa o inclusive un rap y un bossa nova, en una paleta amplia que permite descubrir a Café Surá en múltiples variantes.

En Bellas tonadas, por ejemplo, los ritmos van variando con constancia hacia el final del tema, donde se identifican diferentes influencias rítmicas, todas con sabor y buen tino. Es destacable ese buen gusto para ordenar pequeños extractos tan distintos, uno tras otro, con cambios constantes sin convertirlo en un popurrí.

Los arreglos dejan claro el talento compositivo del conjunto y, a la vez, permiten descubrir los beneficios que trae a su proyecto la presencia de múltiples compositores o arreglistas a lo interno de la banda.

En esos roles, la sección de brass tiene un papel sobresaliente cada vez que aparece, a veces en tramos instrumentales que se alargan, otros solo como respuesta a la voz o como un eco de la melodía principal de cada canción.

Esa mezcla dota de variedad el trabajo y aleja al producto final de una monotonía que puede surgir, a veces, en trabajos de un reggae demasiado tradicional.

Este material no es difícil de digerir, pero, a la vez, merece ser escuchado con mucha atención. Sin duda, la instrumentación e incluso la estructura ofrecen detalles que son detectados solo si se le escucha con detenimiento.

Son muchos los elementos sonoros presentes, dignos de un trabajo bien masticado antes de haber sido plasmado en la grabación.

En cuanto a esos arreglos de instrumentos, rescato por sobre todas las piezas, el trabajo en Neosolalia, con un atractivo e interesante juego de instrumentos donde todos son protagónicos en algún momento. Tiene riffs inesperados que aparecen desprevenidamente con sonidos muy distantes a los del reggae que podrían caracterizar gran parte del material.

La alternabilidad en los vocales es otro punto alto en este trabajo, con Alonso Zamora y James Doga en las voces principales, más el fuerte respaldo de las coristas Mariel Cordero y Noelia Belfort.

En diferentes temas, las armonizaciones van de principio a fin, a veces con dos voces masculinas, o con una corista tornándose en protagonista.

A veces son tres simultáneamente, o en otras ocasiones (como en Reinventar) es una sola la que emprende una corrida con un rap incesante, con fuerza.

La parte técnica también es destacable, por lo que sobresale el trabajo de grabación y mezcla de Eri Román.

En cuanto al material como un todo, se evidencia una madurez de la banda desde la salida de su disco debut (Café Surá, 2015) pues es un álbum más arriesgado, más experimental (partiendo desde su lanzamiento segmentado).

A la vez, es un álbum con un sonido mejor definido que no teme a recibir aportes de diferentes influencias y logra manifestarlos con libertad y solidez.

Ficha técnica

Río adentro, Café Surá

Extensión: 12 canciones

Disponible en: Spotify, Bandcamp, Itunes, Amazon, Youtube y en físico en tarjeta USB