Crítica de música de 'Rock para Siempre': El pasado sobrevive

Hay canciones que el tiempo no logra tumbar, en este concierto fueron las protagonistas.

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El concierto Rock Para Siempre unió sobre el escenario a tres artistas internacionales cuyo éxito musical real ocurrió hace años; hace casi tres décadas, para ser exactos.

La terna se mantiene activa, inclusive con sencillos lanzados no hace tanto, pero cuya relevancia no es, ni por asomo, la misma que tuvieron en los años ochenta y noventa.

Entre Miguel Mateos, Hombres G y Enanitos Verdes, suman varios de los éxitos más básicos del rock en español, temas oficialmente inmortales. En conjunto, acumulan un sustancioso compilado de piezas que no pueden faltar en el cancionero de clásicos para los amantes de este estilo de música.

Con dichas características como puntos de unión, los tres evocaron a la nostalgia como valor principal. En este show, más que en ningún otro, el público no estaba obligado a tener un interés en temas de reciente data, pues la emoción nacía con los temas conocidos los obvios, los himnos.

Tomando esto en cuenta, hay que decir que se cumplieron todas las metas; no hubo una sola canción esperable que se quedara sin sonar.

El repertorio elegido para la noche daba opción para que, quienes tuvieron un vínculo cercano con los temas de antaño, se devolvieran en el tiempo con la ayuda de los creadores de aquellas canciones. Era una visita al pasado de casi cuatro horas de duración.

Primero, la intervención de Miguel Mateos estuvo cargada de energía. El argentino no es un cantante privilegiado, pero el quinteto que lo respalda se sostiene muy bien y oculta sus falencias vocales, aunque mantiene un sonido obsoleto, evidenciado por los efectos en guitarra y teclados, principalmente.

Las interrupciones del frontman para relatar anécdotas y explicar el contenido crítico de algunas de canciones a veces se alargaba de más, pero a la vez el cantante mostró así la capacidad de agregarle emoción a su interpretación. Hay un mérito ahí y hay otro en su en su capacidad para permitir que la fuerza de su nunca cayera.

Entre Mateos y la dupla argentina-española que vendría más tarde, el tico Pato Barraza pudo interpretar tres temas que dejan en evidencia sus dotes vocales y su inagotable capacidad para reinterpretarse a sí mismo y a sus temas más populares.

Sus versiones extendidas fueron emotivas y sorpresivas a la vez. Diría que se presentó solo con la guitarra, pero la verdad es que, mientras estuvo en el escenario, tuvo que compartirlo con un gran grupo de casi quince técnicos, algunos de ellos si acaso a un metro de distancia de él.

Personalmente, en 12 años cubriendo música, nunca había visto este trato. Es un irrespeto lanzar a un exponente artístico como “entretenimiento de medio tiempo”. Quienes tomaron fotos y videos de esta intervención tendrán en el mismo plano a Barraza y a los encargados de revisar conexiones y acomodar pantallas, verán inclusive a un par de ellos tratando de capearse al músico para estirar cables de instrumentos sobre el suelo.

A pesar de que el show de Pato consiguió minimizar las distracciones obvias, es lamentable que este haya sido el contexto de la presentación del cuarto artista que aparecía en el afiche promocional del show.

Para el último bloque del concierto, la insospechada fusión entre los otros dos artistas extranjeros fue una sorpresa grata. Los temas intercalados de la autoría de Hombres G y Enanitos Verdes pusieron en escena la capacidad de alianza de dos bandas, pero además permitieron una atractiva y entretenida dinámica de alternancia que pocas veces se ve tan bien lograda.

La fluidez fue vital, con un sesudo intercambio de músicos y de voces principales, permitiendo escuchar, por ejemplo, un clásico de Enanitos en la voz de David Summers, así como también temas de la banda española con dos baterías y coros adicionales por Marciano Cantero, quien, por cierto, tiene un fresco estilo de interpretación de bajo. Ambas bandas mantienen fuerza y vitalidad en su ejecución.

Por cierto, las observaciones no son tan positivas en cuanto al sonido. Donde sea, la estridencia siempre atenta contra el correcto deleite de un espectáculo. El volumen excesivo nunca es necesario. Por el contrario, es nocivo para la salud y reduce la comprensión de los arreglos en directo, aunque el oído vaya acostumbrándose al exceso con el paso de las canciones. Así sonó Rock Para Siempre y el rock, no debe equivaler a volumen altísimo, menos cuando las canciones ya contienen tanta fuerza por sí solas.

EL CONCIERTO:

ARTISTAS: Hombres G, Enanitos Verdes, Miguel Mateos

INVITADO: Pato Barraza

LUGAR: Parque Viva

FECHA: 3 de diciembre

ORGANIZADOR: Arceyut Producciones