Coldplay en Costa Rica: accidente no evitó que salvadoreña viajara al concierto de sus sueños

Al llegar al aeropuerto Juan Santamaría, a Linda Lima la esperaba una silla de ruedas. El anhelo de ver al grupo de sus amores venció todas las barreras

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Bajo la sombra de un árbol, con su pierna derecha elevada y reposándola en un banco, Linda Lima destacaba entre la multitud de la fila para el concierto de Coldplay en Costa Rica. Ella estaba sentada en una silla de ruedas y al lado tenía una muleta. Su pie estaba cubierto por un vendaje rojo y al lado tenía una bota ortopédica. Se accidentó hace mes y medio y por un momento la impotencia la invadió: sintió terror de no poder viajar desde El Salvador a suelo tico para ver a la banda que sigue desde los 11 años.

Linda llora cuando habla de Coldplay, pues es la agrupación que con su música la ha ayudado a reponerse de los momentos tristes y a alegrarse más en los felices. Apenas supo que Coldplay tocaría en Costa Rica, su novio Emanuel Martínez le dijo que sí, que era posible que cumpliera ese sueño que tanto había esperado cumplir: ver tocar a los británicos. Fue entonces cuando compraron las entradas y planearon todo para viajar.

Linda contaba los meses, las semanas y los días para viajar a ver a Coldplay, hasta que a finales de enero se accidentó: una caída le provocó un esguince grado 2 y en ese momento sintió que su sueño musical estaba amenazado, pero nuevamente su novio le dijo que todo era posible.

“Él me dijo que viniéramos, una amiga dijo que ella me recibía y me consiguió esta silla de ruedas prestada. Averigué y supe que Costa Rica respalda a las personas con discapacidad y en la tiquetera me dijeron que había un espacio para personas con discapacidad”, comentó la mujer, de 31 años.

Finalmente llegó el día de viajar y al llegar al aeropuerto alajuelense, Linda fue recibida por una silla de ruedas. Y a pesar de lo complejo de viajar lastimada, asegura que todo ha valido la pena.

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Ella no logra hablar de Coldplay sin emocionarse, las lágrimas y su garganta con un nudo evidencian los sentimientos que ella tiene por los roqueros británicos.

Ahora debe estar en terapia unos seis meses más, pues por una “mala atención médica”, ella ha tardado más tiempo de lo normal en recuperarse. Aún así, este 18 de marzo, para ella no hay tiempo para ni un solo lamento. Hoy todo es felicidad.