Cambian las reglas para los conciertos en Costa Rica

Con las modificaciones a la ley, los productores deberán presentar una garantía que respalde la taquilla de los espectáculos, para prevenir que las cancelaciones afecten al consumidor.

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Por los pasillos de todas las empresas productoras de actividades en el país se escuchan murmullos, ideas sueltas, soluciones, alternativas y gente en plena deliberación. Dueños y empleados se debaten entre qué paso tomar luego del 23 de marzo, cuando entre en vigencia la versión actualizada de la Ley de Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor.

Luego de esa fecha, la industria del entretenimiento en Costa Rica –que abarca espectáculos de índole artística y deportiva, entre otros– se tendrá que someter a una nueva regulación por parte del Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC), que pretende brindar equilibrio a la tensión que generan las cancelaciones de conciertos (y otro tipos espectáculos) en los consumidores, con antecedentes de productoras que se disipan sin devolver el dinero de la taquilla. [Ver fotografías principales para antecedentes.]

Con la Ley 7472, el MEIC obligará a entregar una garantía o un respaldo a todas aquellas empresas que vendan entradas para espectáculos públicos con antelación. Según el artículo 44, estos son bienes que se entregan a largo plazo; es decir, esta medida aplica a espectáculos cuyos boletos tengan preventa.

“Si la taquilla es pequeña o grande, usted tiene que dar esa plata”, afirma Cynthia Zapata, directora de Apoyo al Consumidor del MEIC. “Las empresas deben hacer la inversión con su dinero, no con el de los consumidores, que no están compartiendo ganancias”.

Viciado. El MEIC ha recibido múltiples quejas de consumidores en años pasados, tras la cancelación de conciertos de artistas como Guns N’ Roses, Laura Pausini y Mägo de Oz, entre varios más. Por ello, “existe un especial interés en que se regule esa entrega de dinero anticipada por parte de los consumidores, de manera que no se expongan a estafas”, alega Zapata.

“Es bueno para los consumidores pero, sobre todo, es bueno a nivel de la economía del país, porque tal vez se logre que haya una disminución en la importación de cultura y que haya más consumo local”, dice Darren Mora, productor de Rock en el Farolito y, años atrás, de conciertos internacionales con preventa.

Mora considera que el hecho de que la regulación afecte únicamente a conciertos con preventa es “razonable”, dado que la mayoría de artistas nacionales cobran la entrada en la puerta del recinto.

Los recintos, en caso de alquilar sus instalaciones para conciertos con preventa, serían “responsables solidarios” de cobijar actividades sin la autorización del MEIC. “Dicho de otra manera: para curarse en salud, el recinto deberá solicitar la autorización (el comprobante) del Ministerio previo a firmar contrato con el organizador”, explica Zapata. La ley afecta no solo a los productores, sino a todos los actores de esta economía.

Algunos empresarios de la industria del entretenimiento han tenido que replantear las acciones futuras de sus compañías, mientras mastican el reglamento y señalan vacíos. “El remedio será peor que la enfermedad y, aunado a los altos impuestos de Costa Rica, va a mermar la producción de conciertos”, señala Andrés Guanipa, director general de Evenpro, que ha producido en el país conciertos con Metallica, Silvio Rodríguez, Alejandro Sanz y Bon Jovi, entre otros.

Medida. “En cierta forma, limita mucho la habilidad de los productores de hacer eventos, pues se requiere de un mayor respaldo económico”, afirma Don Stockwell, de RPMTV, empresa responsable de shows como los de Lady Gaga, Black Sabbath y Pearl Jam. “Son medidas bastante agresivas, pero buenas para que quienes produzcan eventos sean empresas más conocidas y responsables”, agregó.

Otras productoras, como Rising Sound, no son tan optimistas. “Hacen el negocio imposible, especialmente en el caso de nosotros que no tenemos patrocinadores”, sostiene Ernesto Alvarado, quien contempla la posibilidad de que el concierto que ofrecerá Cultura Profética el 8 de marzo en el país sea la última ventura de este tipo para su compañía. “Supongo que las empresas más grandes son las que van a poder subsistir. El riesgo para ellos termina siendo mínimo, porque (al contar con tantos patrocinadores) siempre van a tener un colchón para cubrir todos los gastos”.

Juan José Rojas, de Doble J, dice: “Vamos a seleccionar eventos que tengan un margen de rentabilidad muy seguro, pues va a ser muy difícil que se pueda incurrir en más de dos conciertos por año”. A Rojas le preocupan varios vacíos de la legislación, pero no se puede modificar hasta que entre en vigencia. “Si tirás un reglamento que va a afectar a una industria, lo mínimo es citarnos para que sea beneficioso para todas las partes”, reclama.

Guanipa, de Evenpro, sostiene que la solución es contraproducente. “En otros países, lo que se estila es consignar una póliza de seguros; es lo más sano y lógico. Si el show no se da, el seguro cubre, y es más fácil y cómodo”, alega. “El Gobierno debe impulsar esta actividad y favorecer las condiciones para que los promotores y las empresas serias sigan trabajando en el país, y obviamente castigar a aquellos que se quieren robar la plata del público”.

Para Luis Arias, productor de Flevent –productora con conciertos de Aerosmith y Ska-P en el historial–, “la ley es muy clara”.

Él considera que la medida afectará al público y causará un aumento en los precios de las entradas, pero la mayoría de productores consultados no están de acuerdo; también asegura que Flevent seguirá trabajando, pero que “va a ser difícil”.

Una gran parte de estas compañías es parte de una recién formada asociación de productores, que estudia las posibilidades de poner un recurso de amparo contra la Ley 7472, en aras de que se solucionen sus supuestos yerros.