Príncipe Guillermo defiende a la Corona: ‘No somos una familia racista’

Es el primer miembro de la familia real en referirse a las declaraciones de Meghan Markle y su hermano Enrique, en la que señalaron tratos racistas de la monarquía.

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El príncipe Guillermo de Cambridge, segundo en la línea de sucesión a ocupar el trono británico, es el primer miembro de la monarquía en referirse a las declaraciones que le dio su cuñada Meghan Markle a Oprah Winfrey, en las que señaló que un miembro de la familia real cuestionó el color de piel de su hijo Archie.

“No somos una familia racista”, así, directo y sin tapujos, fue como el príncipe Guillermo respondió a los cuestionamientos que le hicieron algunos periodistas durante una visita que realizó a una escuela, ubicada en el este de Londres.

“No he hablado todavía con él (Enrique), pero lo haré”, agregó el heredero, en referencia a si ya había tenido un contacto con su hermano tras la reveladora entrevista que los duques de Sussex le concedieron a la comunicadora estadounidense.

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Antes que Guillermo hablara con los periodistas ya la familia real había emitido un comunicado oficial respecto a las declaraciones de la entrevista. Este comunicado fue publicado en nombre de la reina Isabel II.

“Toda la familia está entristecida de saber hasta qué punto los últimos años han sido desafiantes para Enrique y Meghan”, afirma el comunicado.

“Las cuestiones planteadas, especialmente la racial, son preocupantes. Si bien algunos recuerdos pueden variar, se toman muy en serio y la familia se ocupará de ellos en privado”, agregó el documento oficial de la reina.

Escandalosas denuncias.

Meghan Markle, en declaraciones a Oprah Winfrey, denunció ante el mundo: “En esos meses en que estaba embarazada (...) tuvimos una serie de conversaciones sobre que ‘no se le daría seguridad y no se le daría un título’ (a Archie). También hubo preocupaciones y conversaciones sobre qué tan oscura sería su piel cuando naciera”.

Agregó que el Palacio de Buckingham se negó a otorgar protección al niño, a pesar de que esa es la tradición, y reveló que tuvo pensamientos suicidas durante ese tiempo.

“Ya no quería vivir más”, dijo con lágrimas en los ojos. Y agregó que cuando le transmitió a la familia real que estaba luchando y que necesitaba ayuda profesional, le contestaron que “no podía, que no sería bueno para la institución”.

Por su lado, Enrique, de 36 años, dijo que se sintió “realmente decepcionado” por la falta de apoyo de su padre en toda la situación, “porque él pasó por algo similar. Él sabe cómo se siente el dolor”

“Mi mayor preocupación era que la historia se repitiera”, dijo en alusión a la separación de sus padres y al trágico destino de su madre, la princesa Diana, quien murió en 1997 en un accidente de tránsito en París cuando el conductor del auto en que viajaba junto con su pareja intentaba escapar de los paparazzi.

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