'Playboy': las delicias después de la austeridad de la Segunda Guerra Mundial

Durante el ascenso de los suburbios familiares de Estados Unidos, Hugh Hefner (1926-2017) creó una cultura aspiracional de apartamentos, soltería y libertad sexual

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Chicas, cócteles, cigarros y pijamas de seda. En la primera edición de Playboy en 1953, Hugh Hefner (1926-2017) presentó a los estadounidenses su visión de la sofisticación en la posguerra. En el boom de familias jóvenes que soñaban con casas modelos, el futuro magnate imaginaba un nuevo estilo de vida que no fuera familiar ni moralista.

Hefner falleció el lunes a sus 91 años. Mientras vivió, la revista que fundó circuló durante 64 años, llenos de altos y bajos en la línea editorial con la que fue creada.

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Para la historiadora Elizabeth Fraterrigo, Playboy formó parte de la "buena vida" de la prosperidad tras el fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945.

Tras las migraciones en Estados Unidos, durante y después de la guerra, la población urbana del país pasó de un 56.5% en 1940 a un 64% en 1950. La "buena vida" creó nuevas necesidades para atender a la población que comenzó a vivir en proyectos urbanizadores en las afueras de las ciudades, los suburbios.

El clima de la posguerra también creó tensiones políticas en el interior de Estados Unidos. En 1950, el senador Joseph McCarthy se hizo famoso por denunciar que habían infiltrados comunistas en el Departamento de Estado del país. Las acusaciones crearon olas de paranoia y se comenzaron persecuciones contra sospechosos de apoyar a la Unión Soviética –a la cacería se le conoce popularmente como red scare, el terror rojo– y también a homosexuales –lavender scare, el terror lila–.

Hefner sacó provecho de la inestabilidad para cautivar a sus lectores con una "pequeña distracción de las ansiedades de la Era Atómica", describe Fraterrigo en su libro Playboy and the Making of the Good Life in Modern America (2009).

La revista combinaba artículos con el erotismo de sus mujeres desnudas. La primera de ellas fue la actriz Marilyn Monroe en una serie de fotografías que Hefner compró para publicarlas en $500 (el resto de fotos serían producidas en exclusiva para la revista).

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En décadas siguientes, las playmates de la revista nunca fueron como las pin ups que se llevaron a la guerra los soldados estadounidenses, sino mujeres con el contexto de sus dormitorios universitarios o su fabulosa vida mediática. Otro accesorio para el estilo de vida que diseñó Hefner.

"Como la primera versión de la revista Esquire, que sirvió para su inspiración, Playboy tenía artículos de estilo de vida que permitía a sus lectores imaginar una identidad masculina de lujo que se basaba en el buen gusto de su consumo y placer sexual", escribe Fraterrigo.

Las "ansiedades" de las que habla la historiadora no solo se refieren al temor atómico de los estadounidenses. La economía de Estados Unidos necesitaba reactivarse y utilizó el sector de servicios para hacerlo. La vida urbana permitió que se crearan de forma masiva empleos de escritorio y tareas intelectuales.

Antes de la guerra, las mujeres estadounidenses no habían ingresado al mercado laboral con la fuerza a las que las obligó la ausencia de sus esposos, padres y hermanos.

Tras la guerra, la presión por estabilizar la economía y las necesidades materiales de la "buena vida" impidieron que muchas de ellas volvieran al arreglo doméstico que primó durante las primeras décadas del siglo XX, así que siguieron trabajando.Los albores de la emancipación femenina cambiaron el panorama para las relaciones entre hombres y mujeres.

"El hombre estadounidense estaba presionado a casarse con la primera mujer con la que tenía sexo, vivir con sus padres porque habían pocas casas cuando terminó la guerra y, además, se sentía emasculado porque en la nueva naturaleza del trabajo en Estados Unidos, ya no habían labores artesanales, toscas y autodeterminantes. Tenían, en cambio, tareas administrativas rudimentarias y asfixiantemente de oficina", describió el periodista Tom Bissell en el 2010 para la revista estadounidense New Republic.

La competencia editorial para Hefner no era la revista masulina Esquire, de la que justamente renunció antes de fundar a Playboy. Para el magnate, sus lectores saldrían del rechazo a todos los valores del matrimonio joven del "sueño americano" y del puritanismo de la paranoia McCarthiana.

"Las revistas para hombres tras la Segunda Guerra Mundial estaban casi todas dirigidas a la vida al aire libre. Estaban conectadas con los lazos masculinos que se crearon durante la guerra. Yo intenté crear una revista para el hombre de interiores, me enfoqué en la vida de soltería. En otras palabras, el periodo antes de tener una vida estable. Ese concepto de revista fue una revelación", dijo Hefner en entrevista con NPR en 1999.