Detrás del telón con Eugenia Fuscaldo

Diva de la televisión y el teatro costarricense habló de su carrera y de sus próximos proyectos desde su nueva casa. La intérprete de doña Tere alista su regreso a las tablas del teatro josefino

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Hace dos años Eugenia Fuscaldo migró al campo. La actriz de La Pensión abandonó el bullicio de la ciudad para refugiarse en un lugar donde la música la programan el choque del viento con los árboles, los gallos al amanecer, el ladrido de sus cuatro perros o el trote de los caballos que bordean la finca en la que ahora habita.

Fuscaldo no detalla los verdaderos motivos por los que cambió el caluroso clima de Moravia, en San José, por la ventisca de San Josecito de San Isidro de Heredia, pero sí afirma que el cambio le ha permitido redescubrirse, dedicarle mayor tiempo a su familia y reencontrarse con algunos de los valores de la Costa Rica que la vio nacer, hace ya 63 años.

“Es una decisión un poco privada (vivir en el campo), pero esto me ha permitido un grado de introspección muy grande, puedo meditar todos los días e incluso, cerquita, ir a nadar. Tengo muy cerca a mi familia y a unos sobrinos que quiero mucho. Esta propiedad no es mía, es de mi hermano, pero le hemos sacado el jugo. Aquí, la gente vive diferente, todavía tienen educación y son atentos. Son maravillosos”, reflexionó una tarde de viernes, mientras apreciaba el paisaje que alcanzaba a ver desde un pequeño sillón ubicado en el corredor de su ahora casa.

La popular doña Tere, personaje que interpreta desde hace 17 años en la serie de canal 7, aclara que su estancia ahí es temporal y que será el tiempo el que decida cuándo regresará al trajín capitalino, del que es víctima, por ahora, dos días a la semana: cuando graba La Pensión y Tu cara me suena, donde se desempeña como jueza desde la primera temporada, en el 2015.

“No sé (hasta cuándo estará ahí). Hay cosas que uno no sabe y que de repente en un dos por tres se aclaran. Voy al día. Ahora estoy aquí, disfrutando de esta paz”, afirma previo a conversar con Viva sobre su pronto regreso al teatro en San José y acerca del oficio de sus amores: la actuación, en el que ya suma 46 años de carrera.

Eugenia Fuscaldo vivió la época dorada del teatro costarricense y desde su debut, en los años 70, ha participado en 20 montajes teatrales, tres actuaciones para la pequeña pantalla y una interpretación para cine.

¿Cuánto ha cambiado el oficio de la actuación desde la primera vez que saltó a escena?

Ahora hay mucho más teatros y se mantienen algunos de muy buena calidad y otros de menos calidad. Ahora hay muchos actores y actrices y eso lo hace más interesante porque se ha profesionalizado mucho el trabajo, pero sigue siendo una carrera inestable. En aquellas épocas (años 70) se podía hacer drama, la gente respondía e iba a ver un buen título dramático, ahora parece que los dramas, aunque sean clásicos, no se sostienen por mucho tiempo. La gente ya solo quiere ver comedia y ya ni siquiera comedias buenas, sino solo chistes, por ejemplo.

¿Cómo cambiar ese gusto de la gente?

Hay que ir de a poquitos, sensibilizando. Sé que ahora en el Triciclo está El gran deschave , un drama que hace muchos años hizo Carlos Catania y Haydée de Lev y que Lucho Barahona montó de nuevo con un elenco muy bueno y ahí está en la cartelera de un teatro que da comedias de muy buena calidad y están probando con un drama. Eso, aunque es arriesgado, es muy interesante.

¿Qué le gusta más: la comedia o el drama?

Para mí ambos representan retos tremendos. La comedia me gusta mucho, pero no me definiría en que soy esto o lo otro o si prefiero aquí o prefiero acá. Si me ponen a hacer algo, lo hago bien.

¿Cómo sobrevive un actor?

Es muy difícil. Sí hay que tener varios trabajos y a veces no se pueden tener porque no salen, sobretodo si sos un actor independiente y no tenés un teatro. Hay épocas en las que te llaman mucho y otras épocas en las que estás de baja.

¿La escasez de trabajo la ha llevado a aceptar alguna interpretación que no era de su agrado?

No me ha pasado eso, pero sí he tenido que dejar de hacer teatro y hacer otras cosas. Por dicha sí he sido muy privilegiada en tener muchas oportunidades en el pasado, pero una buena cantidad de años tuve que dejar el teatro porque Sofía (su única hija) tuvo problemas de salud serios y entonces era el teatro o la salud de mi hija, pero por dicha eso cambió. La muchacha dio la vuelta y está de maravilla.

¿Qué tipo de personajes son los que la seducen?

Todo el que me plantee retos. Si usted me dice sobre doña Tere, que tengo 17 años de hacerlo, sigue retándome porque siempre el personaje está en otras situaciones, con otros sentimientos y emociones. No siempre uno como actriz tiene la misma energía o la misma concentración. Esta última obra que tengo ( Nadie me quita lo bailao ) en la que soy una señora de 80 años, resultó ser un reto tremendo para mí porque tenía mucho tiempo de no hacer teatro y solo estaba en la televisión.

¿Su formación se la debe a algún personaje?

Todos los trabajitos a uno lo van fortaleciendo. Algunos salen mejor que otros pero creo que lo mejor es el trillito: ir haciendo, ir haciendo, ir haciendo...

Y a personajes como Auristela y doña Cata, que hizo para la tevé, ¿qué les debe?

Todo mi cariño, porque fueron trabajos que me permitieron que mucha gente que no iba al teatro me conociera en aquellas épocas (1980). También con ellas corté con el tabú de que el actor de teatro hiciera televisión, que en aquellos años era terrible, se veía muy mal. No le puse atención a las voces del odio porque estaba haciendo un trabajo honesto.

¿Le molesta que en la calle la identifiquen más como doña Tere que como Eugenia?

Para nada. Lo agradezco muchísimo. La gente es tan cariñosa con nosotros, nos dan las gracias por hacer este programa ( La Pensión ) y nos dicen que nunca lo dejemos de hacer y es tan lindo sentir eso.

¿En qué se parece usted a doña Tere?

Ella (doña Tere) es viuda y yo no soy viuda, pero las dos somos jefas de hogar. Tenemos la misma edad porque ahí no tengo que aparentar que soy más joven o más vieja. Yo no tengo cuartos para alquilar pero sí tengo que manejar una casa. No tengo ese poco de locos (los otros personajes de La Pensión ), porque esta es una casa de mujeres que son puro amor...

¿Se imaginó que iba a tener tanto éxito en la televisión?

No. Hice ese trabajo (grabar la novela Hay que casar a Marcela , en 1978) porque lo necesitaba y de repente fui cayendo en la televisión. Ahora me encanta tanto como el teatro.

¿Qué le aporta a su carrera ser jueza de un programa de imitaciones como Tu cara me suena ?

He aprendido montones viendo lo que pueden dar los muchachos. He visto mucho teatro aquí y afuera y tengo sentido en cuanto a la actuación. Es un lindo trabajo y qué belleza que una actriz esté ahí. ¡Qué dicha que se les ocurrió!

Llama la atención las palabras que usa para calificar a los muchachos, ¿dónde las aprendió?

Yo fui muy apegada a mi mamá, entonces hablo del tiempo de antes, como hablaba mamá. A veces con mi hermano mayor hablamos así.

Está pronto a regresar al teatro en San José...

Sí, con Nadie me quita lo bailao (2012) la voy a llevar al teatro de Flor Urbina (en Guadalupe) posiblemente a finales de este mes (junio). Vamos a presentarla una temporada en San José para ver cómo funciona. La obra se ha mantenido en giras por todo el país porque es lo que me gusta, pero queremos probar ahí, en un teatro.

¿Cómo está de salud?

Quedé fantástica de los reemplazos (de cadera) gracias a nuestro sistema de Seguridad Social. Me operaron en el San Juan de Dios (en el 2010) y estoy tan agradecida que nací en este país porque en otro lado me hubieran puesto pata de palo, pero aquí ando yo a puro Titanio. Tengo presión alta, pero estoy bien y hace poco fui al ginecólogo y me dijo que estaba tan bien que me fuera a comer unos camarones.

En el amor. Desde hace más de 30 años, Eugenia Fuscaldo vive en la soltería, luego de divorciarse de un matrimonio que solo duró dos años. La actriz no le cierra las puertas al amor, pero es honesta al afirmar que el hombre que busque enamorarla debe ser sincero, sin jueguitos y entender su trabajo de actriz. “Me gusta la gente llana, sencilla, sin mucho mate”, refiere. Fuscaldo tampoco le pone cerrojo a la idea de casarse de nuevo. “No tengo pareja, pero si me llegara a enamorar, talvez (se casaría)”.