Así son los días de Nanny Sevilla, forjadora de sueños propios y ajenos

A sus 53 años espectacularmente bien llevados, una de las pioneras del fitness en el país se ha reinventado una y 10 veces para seguir reinando, dentro y fuera de Costa Rica, como una adalid del buen vivir.

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“Conocerla, dan ganas de empezar”. La genial frase me arrasó a la hora de escribir esta semblanza sobre Ana Yancy “Nanny” Sevilla... a menudo me pasa con mis entrevistados que se me hace un mundo resumir en un párrafo, menos en una línea, todo lo que quiero decirles a los lectores.

Nanny no fue la excepción pero topé con la suerte de leer una nota sobre una de las pioneras del fitness en este país, publicada en el 2013 por la Revista Perfil de La Nación, y la periodista María Fernanda Cruz me resolvió el conflicto: “Conocerla dan ganas de empezar” aunque, en este caso, sería “Reencontrarla dan ganas de recomenzar”.

Es que sí, a Nanny la conozco desde que empezó a alborotar y a alborozar a buena parte del país cuando apareció en los años 80 con un segmento de aeróbicos en el programa de Nono Antillón, en Canal 2. Somos prácticamente contemporáneas y desde que sintonizaba el espacio hasta el día de hoy, hablar con Nanny Sevilla me genera exactamente eso, “ganas de empezar”, aunque muchas veces he ‘empezado’ y luego surgen las excusas y abandono, en un agotador círculo vicioso en el que caemos muchos.

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Pero bueno, la minidosis de mi protagonismo en esta nota es obligada porque conversar con este mujerón no solo remoza el espíritu si no que, en cuanto terminamos las conversas que hemos tenido en estos días, dan unas ganas de encajarse el buzo y las tenis e ir a sudar subiendo cuestas en los alrededores de Tibás, como mínimo.

Y es que su historia de vida es fascinante, tanto sus triunfos como sus luchas y sus cuesta arriba, pero posiblemente la hormona de la felicidad que garantiza el acondicionamiento físico ha provocado que su vida haya sido un permanente “efecto dominó”, pues siembra sin parar y cosecha igual, hasta venturas que nunca presupuestó.

Parece que tampoco es casualidad lo que significa su nombre, según me cuenta con un aire de orgullo: “Llave de la felicidad”.

De cómo todo comenzó

La pregunta obligada es en qué momento se originó lo que sería su arte y vocación de por vida, pues siendo una escolar en los años 70, Nanny recibía las clases de educación física de rigor que se daban en esa época en el país.

Muy inteligente académicamente, optó desde pequeña por estudiar derecho y así lo hizo, solo que en el ínterin, en plena preadolescencia, a sus 11 años, su papá y mentor don Roberto Sevilla (ya fallecido) le hizo la observación de que estaba un poco “gordita” y, siendo el señor un amante de la natación y el atletismo, un buen día la conminó a acompañarlo.

Suena trillado pero lo demás es historia: Nanny arribó a sus 15 años ya enamorada de varios deportes, pero no dejó de lado sus estudios y así, muy joven también, se convirtió en abogada.

“Mi papá me empezó a entrenar en natación, a hacer clavados, nado sincronizado, atletismo, gimnasia... empecé a correr y ganar trofeos y eso me encantaba, andaba por los 15 años cuando en un viaje familiar a Estados Unidos descubrí a Jane Fonda y aquellos maravillosos videos ochenteros, con calentadores, vinchas y prendas brillantes ¡puros ochentas! Venía estrenando aquella moda y me metí en el gimnasio Metamorfosis, a los 17 años hubo un concurso de aeróbicos ¡y yo lo gané! Ese día me ofrecieron mi primer trabajo” rememora Nanny con una ilusión latente, como si su primera gran proeza hubiera sido ayer.

Simultáneamente a la abogacía, Nanny estudió también relaciones públicas pero estaba escrito que lo suyo sería convertirse en una adalid del acondicionamiento físico y, 30 años después, en una coach integral que la tiene “volando” por su don de gente, sus conocimientos, su prestigio, su entusiasmo y la forma personalizada en que atiende a quienes se entrenan con ella, no solo física sino también mentalmente, todo en pos de lograr un balance para el buen vivir pero con mucho de psicología adicional con planes “a la medida” según las necesidad de cada cliente.

Paréntesis: Nanny se casó a los 24 años y, tras 25 de matrimonio, se divorció en santa paz de su hoy exmarido y padre de sus dos hijos, Rodrigo de 26 y Sofía, quien cumplirá 18 en agosto. De su vida sentimental actual hablaremos al final.

Pionera en la TV

Estando en sus veintes, y ya cultivándose cada vez más en el tema del acondicionamiento físico, empezó a cosechar fama de boca en boca primero como instructora en un gimnasio pequeño en Barrio Escalante; pronto la reclutaron en el Spa Corobicí y su buena fama propició que Nono Antillón la reclutara para lo que sería su estrellato en televisión, en Canal 2, con un segmento vespertino de los lunes que ganó seguidores en un tris.

Como ya se dijo, una de las grandes virtudes de Nanny es la reinvención, de manera que a los 24 años, cuando quedó embarazada de su primer hijo y los aeróbicos en tevé debían dosificarse, se instruyó y durante ese período aprendió y enseñó todo lo que pudo sobre acondicionamiento físico para embarazadas, en gran parte, en la natación, la muy apetecida “aquaerobics” para futuras mamás.

Ya para entonces Nanny tuvo tremendo apogeo entre mamás conocidas y contemporáneas, entre las que cita a Gloriana Riba (hoy exesposa de René Picado, presidente de Televisora de Costa Rica) y a Maricruz Leiva, quienes estaban embarazadas en aquel momento y se inscribieron en el método de Nanny y, a su vez, realizaron un efecto multiplicador.

“Era un grupo lindísimo, ya para entonces trabajaba en el Country y en el primer Multi Spa”, narra con añoranza esta diva de ébano que cuenta su historia con orgullo pero también con una tremenda humildad y agradecimiento.

Por el trabajo de su esposo Nanny se radicó en distintos países desde que su hijo mayor tenía siete años; el primero fue Guatemala, y así se fueron sucediendo diversos recomenzares pero con estadías prolongadas en Costa Rica.

Tras haberse dado a conocer en Energía Aeróbica (el espacio ya citado en Canal 2), en uno de sus regresos al país la contactó René Picado Cozza y le ofreció un espacio diario de ejercicios... solo que en el horario de las 5:30 de la mañana.

“Lo que es ser visionario y conocedor de lo que hace. Yo le dije a don René en ese momento que en ese horario seguro muy poca gente lo iba a ver y él me aseguró que sería todo lo contrario, que la gente se iba a levantar a hacer ejercicio conmigo por la parte motivacional y además, en sus propias casas, y así fue: el programa se convirtió en un rotundo éxito”.

Tras tres años con el espacio en Canal 7, Nanny empezaría un nuevo periplo de vida en diciembre del 2001, justo tres meses después de los atentados del 11 de setiembre, cuando su entonces esposo fue trasladado a trabajar a Guatemala, luego a Honduras, regresó a Costa Rica --justo cuando tuvo su segunda hija-- y luego se radicaron en México, un país al que Sevilla le declara un profundo y eterno amor.

“Me marcó ese país, aprendí mucho, me metí a estudiar en Reebook University, especializada en fitness y aprendí demasiado, fue un plus increíble y ahí se dio mi segunda evolución cuando incursioné en el pilates, que fue súper importante para fortalecer el piso pélvico después de tener a mis dos hijos, esta fue mi siguiente evolución y esos dos años en México fueron de intenso provecho, estaba enamorada de su gente, del país como tal, justo estaba por hacer un programa con Vica Andrade producido por su esposo, Memo del Bosque, sobre cómo recuperarse después de los embarazos, máxime que ella tuvo varios hijos seguidos, y en eso a mi hoy exesposo lo trasladaron a Panamá, entonces no pudimos darle forma al proyecto”.

Ligas mayores

No todo fue miel sobre hojuelas, a pesar del éxito y la reinvención que obtenía Nanny en cada país en el que se radicaba. Sin embargo, abandonar México sí fue un trago amargo pues, como dice ella, los chiquitos entraban a la escuela y el esposo permanecía en el trabajo pero ella tenía que adaptarse por su cuenta. En el ínterin, pues sí pasó sus ratos de soledad a incertidumbre.

Pero como ella no es de sentarse a rumiar las penas, pronto dio a conocer su trabajo en Panamá y cuenta entre risas una anécdota que le ocurrió en el mejor gimnasio del país canalero. “Tenían una máquina nueva y revolucionaria que se llama ‘power plate’, yo nunca la había visto en la vida y me dice la dueña: ‘si usted sabe usar esa máquina, tiene el trabajo, porque aquí nadie sabe” y le digo yo “¡pero claro que yo sé usarla!”, cuenta entre risas. Nanny detalló bien la máquina visualmente y pasó el fin de semana estudiándola a conciencia en Internet y demás. Llegó el lunes, la pusieron a dar una clase y de inmediato quedó contratada en el gimnasio Power Club, de una prestigiosa cadena.

Y de nuevo, se dio ese efecto dominó que se citó al principio, pues entre sus clientes estaba la esposa del gerente regional de Reebook quien, fascinada con el estilo y conocimiento de la costarricense, la recomendó con su esposo y desde entonces hasta hoy, Sevilla lleva 13 años de ser la embajadora de la famosa marca en Latinoamérica.

“Al mes me mandaron a Estados Unidos a un congreso con los mejores coaches del mundo, conocí a Alicia Keys, la cantante que también es diseñadora de botas, joyas, etc, y a otras muy famosas, para mí fue una grada gigante porque ser embajador de una marca es otro nivel, yo tengo mi canal de YouTube mis cuentas en redes sociales han crecido mucho gracias a Reebook, que igual me convoca a eventos cada vez que los hay”.

Otra de las grandes gestas profesionales que la enorgullecen y la emocionan fue lo que le ocurrió cuando invitada por una amiga, fue a Argentina como profesora de pilates y allá fue descubierta por un cazatalentos que la vio trabajando y la reclutó en representación de Bold Pilates, una cadena brasileña gigantesca. Siete años después, sigue yendo al gigante país donde atesora el haber ganado dos veces el premio a la mejor maestra de pilates fuera de Brasil.

“Es de lo más lindo que me ha podido pasar en la vida, estar en una cena con otras 400 personas y oír mi nombre a la hora de la premiación ¡es que es el mercado más competente! fue algo gigantesco!” rememora Nanny, quien tras 25 años de matrimonio decidió divorciarse del también padre de sus hijos, todo consensuado y con quien hoy tiene una muy buena relación.

Tras varios años de soltería, a principios de la pandemia, justo mientras grababa el programa de pilates en Brasil conoció a Roberto, un argentino que ha sido su pareja en el último año y medio pero con quien por ahora prefiere mantener una gran amistad. “Ha sido muy difícil vernos, por todo lo de la pandemia, él vino a Costa Rica y nos hemos logrado ver en otros países, pero en total solo pudimos juntarnos cuatro veces y yo creo que una relación a distancia es complicada, por ahora preferimos quedar como excelentes amigos”, reflexiona.

Nanny estuvo casada durante 25 años, hace tres se divorció. Es la feliz madre de Rodrigo, de 26, y Sofía, de 18. “Siempre siempre nos juntamos los tres para hacer al menos una comida al día”

— Nanny Sevilla

Por ahora, la tiene levitando de orgullo y emoción el haberse convertido, desde noviembre del 2018 de la gigante franquicia Orange Theory Fitness, que tiene su sede local en Plaza Itskatzú, en Escazú, pero que pronto espera abrir otra sucursal en Curridabat.

“Esta franquicia comenzó en 2010 y ya hay 1.032 gimnasios en el mundo. Nosotros queremos traer esta forma de ver y hacer ejercicio. Muchas personas están cansadas de ir a los gimnasios y hacer lo mismo y no obtener los resultados. Nosotros les ofrecemos un sistema probado”, manifestó la especialista en ciencias del deporte a La Nación, cuando se instaló el primer local en el país.

Lo cierto es que Nanny es imparable. Durante la pandemia aprovechó para obtener un título vía online en una universidad de Nueva York en la que, tras año y medio, obtuvo un título como Health Coaching. “Ya a estas alturas uno no es un entrenador normal, yo veo muchas cosas en general, detecto la raíz del problema que tiene la persona y se le da acompañamiento mucho más allá del acondicionamiento físico, vemos nutrición, sicología, todo el engranaje”, detalla Nanny.

“Mi filosofía es que uno no viene al mundo solo a comer y dormir. Hay un mundo de bienestar integral mucho más allá, mi trabajo es lindísimo, ver a la gente sintiéndose orgullosa de sí misma, de sus pequeños y grandes logros, de ayudarles a llevar un mejor vivir... eso me hace demasiado feliz”.