Kamen 2022: risas, cosplay y gran hermandad

Uno de los festivales de cultura otaku más emblemáticos del país regresó a la presencialidad este sábado 16 de julio, congregando a una comunidad ansiosa por celebrar sus pasiones

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Hablar de modas o de ascensos del cosplay en Costa Rica, es algo que parece del pasado. Festivales como el Kamen, que regresó a la presencialidad este sábado 16 julio en el Estadio Nacional, subrayan que la escena de los atuendos y homenajes a los personajes más icónicos de la televisión, el cine, el manga y los videojuegos, es algo que se institucionalizó en nuestro país.

En medio de la creciente marea de la cultura geek, la fiebre particular por lo otaku es todo un punto de celebración. De hecho el Kamen, desde previo a la pandemia, significó uno de los momentos más relevantes para estas comunidades.

En el primer día de celebración de este festival (que continúa mañana domingo), se contó con esa luz especial que conocimos todos los que alguna vez nos acercamos al Estadio Nacional para atestiguar, en primera fila, lo que sucede en un evento de este calibre. Zonas de karaoke, conciertos, fotos (y más fotos) e invitados especiales firmando autógrafos… En fin. El Kamen, siendo un festival de cosplay, inevitablemente se convierte en un festival de selfies, abrazos y sonrisas que llegan hoy día con más libertad, incluso, ya sin mascarilla.

Color y risas

Aunque hay distintos caminos para vivir el Kamen, todos llevan al mismo sitio: una alegría que se extiende por horas.

En la entrada principal del festival, al costado oeste del Estadio Nacional, se daba la bienvenida al evento con puestos de compra. Anillos, collares, pósters, calcomanías, camisas… el camino por elegir fue amplio.

Después de ese vestíbulo, se desplegó el centro de eventos del estadio, que si alguien no lo conoce, se puede describir como un largo pasadizo que cubre desde el McDonald’s de La Sabana hasta el Hotel Hilton. Todo este sector del estadio se pobló de gente que no paraba de visitar estos puestos de venta, comprando como si no hubiera un mañana.

El frenesí fue evidente: era complicado asomarse entre los vendedores porque la fiebre era mucha. La felicidad también, por supuesto, en especial con los puñados de niños saliendo con bolsas cargadas de funkos o de mercadería de videojuegos y animé.

Ahí mismo hubo un espacio destinado para videojuegos como Súper Smash Bros, donde los retos entre desconocidos no faltaron. Acercarse a alguien vestido de Itachi Uchiha y emprender una partida de pelea virtual era inevitable.

A la salida de ese centro de eventos se desplegó el escenario de conciertos. Allí se alternaron músicos que, al tocar el opening del animé Attack on Titan, provocaron saltos, puños al aire y más de un alarido. Esto solo como un ejemplo de lo que ocurrió en ese sector del evento.

La explosión de música soltó los cuerpos de los asistentes, que conforme pasaron las horas de la jornada, poblaron toda el área de conciertos con atuendos de personajes de productos culturales.

Fred Salazar, quien llegó vestido de Shoto Todoroki, del animé My Hero Academia, no paró de recibir elogios. Junto a él, posaba Lizandro Soto quien, junto a su familia, llegó vestido de Tenzin, personaje de la serie La leyenda de Korra. Entre ellos se llenaron de cumplidos por sus bien logrados atuendos.

Más tarde, cuando Sebastián Llapur tomó el escenario, la gente no paró de sorprenderse con sus voces. Este doblador da vida a personajes emblemáticos como Darth Vader, de Star Wars; Marcus Fénix, de Gears of War, y Krusty el Payaso, de Los Simpsons. Al realizar las voces, la gente se sorprendió y soltó buenas carcajadas.

Con buena música de fondo y el ambiente de hermandad entre los cosplayers, el Festival Kamen hizo su camino de vuelta como uno de los eventos infaltables en el calendario geek del año. Con la esperanza de seguir creciendo y celebrando esa comunidad, donde todos se devuelven a casa con una sonrisa asegurada.