Escritores en el lente de Daniel Mordzinski

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

El fotógrafo franco argentino Daniel Mordzinski nos abrirá una ventana a la literatura hispanoamericana.

Todos los días enviará una imagen desde Centroamérica Cuenta, encuentro literario de primer nivel que se realizará desde este lunes 22 hasta el 26 de mayo en Managua, Nicaragua.

La fiesta literaria reunirá 90 escritores de 19 países.

Cada imagen vendrá acompanada por un texto de su protagonista, que, en esta ocasión, es la reconocida periodista argentina Leila Guerriero.

Es un proyecto en el marco de la exposición Objetivo Mordzinski, que el fotógrafo inaugurará el jueves 24, en el Centro Cultural de España en Nicaragua.

Esta muestra vendrá este año a Costa Rica.

MÁS INFORMACIÓN: Quinta edición de Centroamérica Cuenta consolida el encuentro literario en el panorama regional

Leila Guerriero

No llevaba en Managua más de una hora. Iba en taxi hacia mi hotel, intentando ver cuanto pudiera de una ciudad que parece inatrapable, cuando, en un portón de color gris, vi pintada la palabra “Nicaragua” y sentí un sobresalto. ¿Cómo pude? ¿Cómo pude haber olvidado que yo siempre quise venir aquí; cómo pude no darme cuenta, al salir del aeropuerto, que estaba llegando por primera vez al sitio al que había querido llegar hace décadas? A mis 11, a mis 12 años, soñaba con venir a este país que en mi diccionario prepúber era el sinónimo de todos los romanticismos incendiarios y rimaba con escritores como Ernesto Cardenal y Julio Cortázar, a los que leía como posesa. Un rato después, mirando la lluvia desde la ventana de mi cuarto, me pregunté, más que por Nicaragua, por esa materia de la que estamos hechos, el tiempo. No sé por qué, recordé difusamente una frase de Jonas Mekas: “Mundo, nunca te he abandonado, pero me hiciste cosas terribles”.