Cuando la familia Trueba salió al escenario del Teatro Espressivo por primera vez, el año pasado, las expectativas del público eran muy altas. La casa de los espíritus , adaptación de una de las novelas más populares de Isabel Allende, no solo cumplió, sino que logró que más de 10.000 espectadores se adentraran en su magia.
En su segunda temporada , la obra adaptada por Caridad Svich y dirigida por José Zayas , vuelve con los mismos elementos que sedujeron al público la primera vez. Desde esta noche y hasta el 15 de febrero, se presentará de jueves a sábado a las 8 p. m.; los domingos, a las 6 p. m.
Las entradas valen ¢10.000 y ¢15.000.
En el elenco solo se dieron dos cambios : Katia Mora asumirá el papel de Alba Trueba (en vez de Natalia Miranda-Guzmán). El doble papel anterior de Mora, como Rosa y Blanca, lo interpretará Noelia Campos.
Actores como Nelson Landrieu, Eugenia Chaverri, María Silva y Rocío Carranza también forman parte del montaje.
Retos. “ Lo más complicado es mantener la calidad de lo que hemos hecho un año después”, admite Zayas. “El proceso ha sido mucho más simple, porque conocen el trabajo y saben que ha sido un éxito. Ahora que no hay tanta pausa ni tanto miedo, hemos podido hacer un trabajo más rico, más emocionalmente cargado”, considera el puertorriqueño.
La casa de los espíritus no solo condensa la vasta historia relatada por Allende en su novela, que abarca cuatro generaciones de la familia Trueba, sino que complementa su narración con proyecciones y otros recursos visuales.
“Es una obra enorme, épica, pero íntima al mismo tiempo. Tiene que balancear un tono muy complejo: de momentos de tortura y violencia, pasa a otros de mucha gracia y nostagia”, considera Zayas.
Para Noelia Campos, esta “narración multimedia” ha significado aprenzidaje para su oficio. “A mí lo que me encanta es la precisión que tiene: las imágenes, los sonidos que apoyan realmente lo que uno está haciendo como actor”, dice la artista.
La obra logra un “encantamiento” de su público, considera la actriz uruguaya María Silva (Clara). “Emotivamente, siempre estuve muy conectada con la historia, porque soy sureña, padecí una dictadura, un exilio. Hay escenas muy fuertes que noche a noche me conmueven”, añade.
Ante la cálida recepción del público tico, Zayas confesó que, con el Teatro Espressivo, evalúan la posibilidad de montar otra adaptación de un “gran escritor latinoamericano”, pero dice que aún no podía ofrecer más detalles. “Si es posible podré volver a Costa Rica unas cuantas veces en los próximos años para seguir trabajando”, afirma.