“No hay libro tan malo que no tenga algo bueno”, reza una de las célebres frases contenidas en un texto que ha trascendido los años y los siglos, las latitudes y los idiomas.
Traducido a casi todas las lenguas existentes, El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha , se ha hecho un lugar de lujo en la civilización humana.
Sin importar si el texto se ama o aborrece, si se lee por gusto o por obligación, esta obra es considerada como uno de los libros más importantes e influyentes de la historia de la creación literaria. Todo un mito.
Tanto es así que fue su autor quien motivó la creación misma del Día del Libro, que se celebra hoy en todo el planeta.
Miguel de Cervantes Saavedra falleció el 22 de abril de 1616. En su honor y para festejar los 400 años de los 74 capítulos que componen la segunda parte de su obra maestra, miles realizarán hoy lecturas en voz alta en México y en España.
Además, se darán conferencias por todo el orbe –incluyendo al traductor de la obra al chino–, se regalarán o liberarán libros y hay ferias en diferentes comunidades. Incluso se invertirán 150 horas en Toledo para transcribir a mano la obra.
Y es que El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha , sigue reinventándose hasta hoy. Por ejemplo, hoy se dará a conocer una versión de la obra traducida por dos indígenas mexicanos a la lengua otomí.
Como parte de los festejos, también se inauguró una muestra con momias infantiles, detalles de vestimentas e imágenes de todo el proceso de búsqueda de los restos de Miguel de Cervantes, que se desarrolló en el templo madrileño de las Trinitarias.
La exposición se titula Cervantes a la luz y está abierta en el Museo de Historia de Madrid.
“La exhibición resume el trabajo de investigación histórica y científica iniciado hace un año, que permitió llegar a la conclusión sin discrepancias de que los restos de Cervantes se hallaron junto con los de su esposa, Catalina de Salazar, y los de los primeros enterrados en la iglesia”, destacó Ana Botella, alcaldesa de Madrid a la agencia EFE.
Enseñanzas de vida. ¿Qué es lo que motiva tantas pasiones sobre esta obra? Las respuestas son múltiples, pero la crítica internacional atribuye su capacidad de trascender a la filosofía de vida que proyectó en el texto su autor.
Según sus biógrafos, Miguel de Cervantes Saavedra, nacido en Alcalá, tuvo una niñez marcada por serias carencias económicas. En 1569 trabajó como camarero en Roma y luego, cerca de 1570, inició una carrera militar que lo hizo perder su mano izquierda en batalla a causa de dos disparos. Por ello se le conoce como el manco de Lepanto.
En 1575 viajaba de Nápoles a Barcelona y su barco fue apresado por piratas berberiscos.
Estuvo cinco años como rehén en Argelia hasta que, en 1580, lo rescataron dos padres trinitarios. En 1581 se fue a vivir a Lisboa, Portugal.
Las primeras referencias de El Quijote datan de los años 1600.
“Cervantes vivió en una sociedad de la sospecha, en la que la limpieza de sangre se había convertido en un instrumento de discriminación. Ahora, es una nueva visión del mundo, donde la verdadera nobleza y virtud radican en los hechos de la persona y no en el nacimiento, sustituido muy pronto por el valor del dinero”, dijo al diario El País la catedrática Carmen Iglesias , miembro de la Real Academia Española.
En palabras de su personaje de la Mancha, Cervantes reflejaba parte de sus aprendizajes.
“Cada uno es artífice de su propia ventura”, le explicaba el Quijote a Sancho Panza.
También le decía: “Como no estás experimentado en las cosas del mundo, todas las cosas que tienen algo de dificultad te parecen imposibles” o bien: “Una de las mayores tentaciones del demonio es ponerle a un hombre en el entendimiento que puede componer e imprimir un libro, con que gana tanta fama como dinero”, según concluía el propio Quijote en el libro de Cervantes que hoy celebramos.