El cine visita a Albert Camus para ofrecernos imágenes de lo absurdo

Cine de la existencia. Filmes de diversa calidad han plasmado la obra y el pensamiento de Albert Camus

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Entre las líneas que versan de lo absurdo de la vida, las novelas de Albert Camus suelen incluir unos cortos párrafos referentes un pasatiempo común de sus personajes: ir al cine. Ya sea en L’étranger (El extranjero, 1942), La peste (La peste, 1947) o Le premier homme (El primer hombre, 1995), el séptimo arte es constante en la obra literaria del escritor francoargelino, pero como actor secundario.

Resulta curioso que las visitas del cine a la admirable literatura de Camus también carezcan de protagonismo en la historia de este arte. Son pocas las adaptaciones cinematográficas de la obras escritor francés y los críticos las han recibido con opiniones encontradas.

Italia recibe al extranjero. El consagrado director italiano Luchino Visconti llevó por primera vez las páginas de Camus a la pantalla grande con la película Lo straniero (El extranjero, 1967). La obra representa fielmente el drama existencial que Meursault –interpretado por Marcello Mastroianni– vive tras el fallecimiento de su madre y su condena a muerte por el asesinato de un árabe.

“Marcello Mastroianni era del tipo de actores que ponían el personaje en ellos, no ellos en el personaje. Él no sobreactuaba, daba la mínima expresividad, interpretaba los papeles con una sobriedad destacable. Sin duda, fue la mejor elección para interpretar a Meursault”, comenta el crítico de cine Víctor Flury.

Visconti se apoya en imágenes de la vida cotidiana propias del neorrealismo para plasmar de manera notable el agobiante clima argelino. “La escenografía fue lo más alabado del filme; no obstante, el guion era deficiente, y esto hizo sufrir a la obra”, opina Flury.

“Camus expresó de manera brillante el sinsentido y el fatalismo de la vida, pero los pensamientos de Meursault pierden su efecto dramático en esta película porque se refieren a cosas intangibles, no representables de manera tradicional en el lenguaje cinematográfico. Por esto, Lo straniero es insípida y poco colorida”, se lee en una crítica publicada en The New York Times el 19 de diciembre de 1967.

En el 2001, el aclamado director turco Zeki Demirkubuz realizó una adaptación libre de L’étranger titulada Yazgi . La película traslada a Meursault a la Turquía de hoy y lo llama Musa. El argumento es muy similar al del libro, pero hay un cambio importante: Musa no asesina a nadie, sino que es acusado injustamente.

Yazgi se presentó en la sección Un certain regard (Una cierta mirada) del Festival de Cannes en el 2002 y fue recibida de manera favorable. El crítico Andrew Pulver, del diario The Guardian , escribió el 3 de febrero del 2006: “No es una película visualmente hermosa, pero la historia engancha al espectador por su naturaleza plana y poco demostrativa”.

La terrible peste. Otra adaptación libre de las novelas de Camus es La peste (1992), del director argentino Luis Puenzo, que se basa en la novela del mismo nombre. La película fue producida en los Estados Unidos, y en ella actuaron renombrados artistas, como William Hurt y Robert Duvall.

El filme transforma drásticamente el contexto en el que se desarrolla la trama: la peste no enferma ahora a la población de Orán, una ciudad de Argelia, en un año indeterminado de la década de 1940, sino que aniquila a los ciudadanos de una Orán ubicada al sur de América durante los años noventa.

La alegoría de la peste también trasmuta. “En la versión de Puenzo, la enfermedad no representa a la ocupación nazi de Francia, más bien se refiere a la dictadura militar argentina instaurada en 1976”, explica Víctor Flury.

“Es mi mejor película”, declaró Luis Puenzo al diario mexicano Milenio en septiembre pasado; no obstante, muchos difieren. La cinta se estrenó en el Festival de Cine de Venencia con críticas negativas.

Vestigio de lo anterior se encuentra en una reseña de Ángel Fernández Santos, publicada en La Nación de la Argentina el 6 de septiembre de 1992, que se titula Albert Camus, primera víctima de ‘La peste’, del argentino Luis Puenzo

Víctor Flury opina sobre la cinta: “La adaptación de Puenzo no trasladó bien el simbolismo de la novela; además, tiene un déficit dramático grande: al espectador le cuesta dar seguimiento a la historia”.

¿El primer triunfo? El renombrado cineasta italiano Gianni Amelio realizó la más nueva adaptación de una obra de Camus: Le premier homme (El primer hombre, 2011), basada en la incompleta novela autobiográfica del mismo nombre, publicada de manera póstuma. La película fue premiada por la Federación Internacional de Críticos de Cine en el Festival de Cine de Toronto.

Le premier homme narra la historia de Jacques Cormery –personaje que evoca al mismo Camus– y su vuelta a Argelia en 1957 tras muchos años de vivir en Francia. La obra coloca al protagonista en medio del conflicto entre la colonia francesa y los argelinos en búsqueda de la independencia, que llegó en 1962 tras una sangrienta guerra civil .

En el Huffington Post , la crítica Jeannine Hayat afirmó que el filme destaca por su bella fotografía y por las excelentes actuaciones de Jacques Gamblin como el protagonista, y de Catherine Sola, quien interpreta a su madre.

Inspiración del absurdo. El legado de Albert Camus en el cine va más allá de las adaptaciones de sus obras: realizadores europeos y norteamericanos se han inspirado en su filosofía para desarrollar tramas.

Víctor Flury señala que la Nouvelle Vague –la Nueva Ola francesa– fue un movimiento que tomó mucho del pensamiento de este escritor existencialista para tratar el tema del aislamiento del ser humano en la sociedad.

À bout de soufflé (Al final de la escapada, 1960), de Jean-Luc Godard , estrena la Nueva Ola y es un emblema de lo absurdo en el cine. A pesar de que no hay referencia directa a Camus, en la película se siente su filosofía”, explica Flury.

Por su parte, el crítico Bértold Salas encuentra rastros del existencialismo en el cine francés e italiano de las décadas de 1960 y 1970. “Filmes como Prima della rivoluzione (Antes de la revolución, 1964), de Bernardo Bertolucci, y Tout va bien (Todo va bien, 1972), de Godard, combinan la pregunta por la existencia y su absurdo con el compromiso político y la rebeldía”, comenta y agrega:

“También se pueden mencionar las cintas no políticas de François Truffaut, obras –generalmente comedias románticas– protagonizadas por hombres y mujeres que procuran darle un sentido al vacío que puede suponer la vida. Lo interesante de estas películas es la caracterización de los personajes, siempre con un aire ausente. Algunos ejemplos son Les quatre cents coups (Los 400 golpes, 1959) y Baisers volés (Besos robados, 1968)”.

El existencialismo también ha calado en guiones de realizadores estadounidenses. Ejemplos claros y recientes son las películas de los hermanos Coen, entre las cuales destaca The Man Who Wasn't There (El hombre que nunca estuvo, 2001).

La cinta narra la historia de Ed Crane –interpretado por Billy Bob Thornton–, un melancólico barbero que se muestra indiferente ante su destino: la prisión y la muerte.

En el libro The Philosophy of the Coen Brothers (2009), Mark T. Conrad afirma respecto a la situación de Crane: “Como Camus dramatiza en El extranjero (y discute a mayor profundidad en El mito de Sísifo ), el entendimiento de que la muerte es arbitraria e inevitable despoja al mundo de los angustiantes romanticismos y revela su naturaleza inhumana e indiferente a la esperanza del hombre”.

Con la misma falta de interés, el público recuerda a las adaptaciones cinematográficas de la literatura de Camus: filmes que no fueron todo lo que podían ser. No obstante, el pensamiento del escritor todavía es relevante gracias a muchos cineastas que nutren sus historias con temas propios del existencialismo y las transforman en imágenes de lo absurdo.