Editoriales y librerías innovaron en feria para cautivar lectores

Novedades diarias y oferta diferenciada por públicos fueron parte de la apuesta

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Con la experiencia adquirida, luego de participar en 15 ediciones de la Feria Internacional del Libro (FILCR), editoriales y librerías confesaron haberse preparado a conciencia para ofrecerle al lector una propuesta que le fuera irresistible.

Para ello, los expositores ubicados en la nave central de la Antigua Aduana y la Casa del Cuño –sedes de la FILCR desde el 22 al 31 de agosto– apostaron por más novedades, descuentos y diferenciaron su oferta por públicos.

Librería Lehmann optó por incluir 1.000 novedades diarias, lo cual hizo que sus anaqueles variaran todos los días. “El año pasado apostamos por abarrotar el estand y a la gente le costaba apreciar los títulos. Este año, nos decidimos por la variedad”, dijo Esteban Araya, de Lehmann.

Cristina Moreno, de la Editorial de la Universidad de Costa Rica (EUCR), comentó que los paquetes promocionales, a precios asequibles, fueron la clave para mejorar las ventas en su puesto. “Eso nos ayudó a ofrecer material de calidad, a muy buen precio”, manifestó.

Para Carlos Calvo, de la Editorial Costa Rica (ECR), la alta visitación a la feria ( calculada en 70.000 personas ) refleja que las personas no dejaron de leer, sino que su dinámica de lectura es diferente. Allí, lo importante es adaptarse a las nuevas exigencias en cuanto a contenido más gráfico, nuevos formatos como libros digitales y audiolibros, géneros diferentes como novela policíaca y oferta para públicos más jóvenes.

“Hace unos años, no teníamos público para la novela policíaca costarricense, ahora sí tenemos un público abierto a ese tipo de literatura”, destacó Calvo, quien agregó: “Ya no podemos pensar que un libro es solo letras sobre papel, sino que ahora son vínculos en un ambiente web, imágenes en 3D o videos que se descargan cuando uno lee”.

Otros decidieron diferenciar su oferta por públicos. Ese fue el caso de Librería Internacional que, aparte de su estand principal, dispuso de otros cuatro puestos.

Parragón se concentró en literatura infantil y cocina; Taschen se dirigió a los amantes del diseño y las artes; Alquimia se dio a la tarea de conquistar a un público new age y el estand “Mis amigos los libros” se enfocó en títulos para niños.

La joya de la corona. Por segundo año consecutivo, la Casa del Cuño reunió a editoriales y librerías independientes, cuya oferta ha demostrado que existe un público que busca ese “algo diferente”.

“La Casa del Cuño es un respiro que se le da a la feria. Estos son libros que no se consiguen fácilmente en las librerías comerciales”, comentó Evelyn Ugalde, de la Editorial Club de Libros.

“Aquí se camina un poco mejor, hay más espacio para ver y se ofrecen otras opciones. La gente quiere ver cosas nuevas y diferentes; aquí se les ofrecía eso”, añadió Mariela Hidalgo, de Editorial Germinal.

“Me gustó mucho la representación de los indígenas y ojalá se les dé apoyo”, comentó Jorge Guerra, luego de visitar el estand con publicaciones en bribri y cabécar.

Asimismo, Casa del Cuño fue epicentro de diseño con la presencia de estudios dedicados a los libros artesanales, libretas de apuntes, postales, calcomanías y demás productos relacionados con el ejercicio de escribir.

Esa relación literatura y artes visuales no solo se centró en los productos o el mobiliario de ATA Diseño, este espacio se conceptualizó para acercar a las personas a la lectura a través de otras disciplinas artísticas. “Las distintas artes no están aisladas y el enlace entre ellas puede provocar un cambio cultural en el país”, comentó Inti Picado, director del Centro de Producción Artística del Ministerio de Cultura y Juventud (MCJ).

Según Picado, esa sinergia continuará y el MCJ asumirá un papel más activo en la curaduría.