‘Ecce Homo’: diez años de la restauración que se convirtió en meme

La ciudad de Zaragoza, donde aún se exhibe la obra, ha tratado de darle vuelta a las risas y atraer turistas interesados en conocer de cerca la restauración que salió mal

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Nadie escapa a las risas y la congoja que expele la restauración de Ecce Homo, la pintura que acabó siendo un meme por la mala técnica con que se trató hace diez años.

La restauración causó revuelo no solo en la ciudad de Zaragoza sino en todo el mundo, ya que su calidad era muy inferior a la pintura original y el rostro final con que acabó la pintura es irreconocible, en comparación con lo que en algún momento fue.

El fresco, pintado por Elias García Martínez en el Santuario de la Misericordia de Borja, en Zaragoza, data de principios del siglo XX. Aquella reliquia comunal fue prácticamente destruida por una mujer que, con la mejor de las intenciones, intentó restaurarlo debido a los daños lo ha hecho a lo largo de los años.

Un caso atípico

El descalabro en el proceso de restauración provocó que la imagen del Ecce Homo se convirtiera rápidamente en un meme y recorriera todas las redes sociales, además de ser noticia en los medios más importantes.

No fue para menos: las risas se asumieron como una suerte de consuelo ante una obra irreparable.

Para poner en contexto, hay que viajar varias décadas en la historia, precisamente hasta 1930, cuando España vivía una época de pobreza y dolor.

En esos años, Elías García Martínez, un pintor español conservador que también ejerció como maestro, recibió el encargo de realizar un fresco para el Santuario de Misericordia de Borja.

Por encargo de las autoridades locales, García fue iluminado para pintar la obra mientras estaba de vacaciones en la zona. Según cuentan las historias, “fue el resultado de dos horas de devoción a la Virgen de la Merced”.

El óleo sobre yeso, de 60 x 40 cm, se convirtió en todo un símbolo de adoración en la zona por lo que, tras el paso de los años, hubo un gran interés en restaurarlo.

Hace diez años, cuando ocurrió el fallido proceso, AFP reportó las primeras incidencias que generó la “nueva” pintura.

Una feligresa del santuario de Borja, de nombre Cecilia Giménez, entonces de 81 años, fue identificada como la autora de la torpe restauración. Armada de “buena fe”, trató de resolver los problemas de conservación de la pintura aún sin dominar las técnicas necesarias.

“Pero, para nuestro asombro, podemos ver que, en el breve espacio transcurrido desde entonces, se produjo ‘un arreglo’, cuyo resultado es lo que se ofrece en esta imagen. Desconocemos las circunstancias en las que se produjo el arreglo”, reportó la agencia de noticias.

“La pintura anterior también era muy bonita pero me gusta esta”, dijo una mujer que llegó a Borja, en declaraciones a la televisión pública. En las imágenes de aquel momento se mostraba una larga fila para acercarse al cuadro, que está protegido por un cordón de seguridad.

“¡Podía la señora haberse decidido a hacerlo antes!”, decía otra persona en la televisión. “Ella se va a hacer famosa...”.

La pintura ya nada tiene que ver con el original. Los rasgos finos de Jesús y la corona de espinas se transformaron en una chorcha inolvidable que, después de haber sido objeto de devoción, se convirtió en meme que trascenderá todos los tiempos.

La obra continúa exhibiéndose en Borja, ahora sin penas, y con el interés de atraer turistas. De hecho, en el primer año después de que surgiera el caso, hubo una explosión en el número de turistas, con 40.000 visitantes anuales a Borja.

“Ahora se ha estabilizado. Pero trabajamos para que esa cadena nunca se rompa”, señaló el alcalde recientemente a la BBC, con la fe de que el meme alimente al comercio comunal a través de las risas y la curiosidad.