Crítica de danza: ‘Reencarnaciones’, de la simplicidad a lo profundo

Las condiciones de La Casona Iluminada permiten ver el espectáculo desde cualquier lado como si fuera una escultura en movimiento

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Coincidiendo con la fecha de celebración del Día de la No Violencia contra la mujer –declarado en 1999, en honor a las heroínas dominicanas, Patricia, Minerva y María Teresa Mirabal, asesinadas por orden el dictador Leonidas Trujillo, en 1960– se estrenó la reciente creación de la bailarina independiente Evelyn Chapellin, titulada Reencarnaciones en el espacio teatral Casa iluminada, en barrio Amón.

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Para el montaje, la coreógrafa venezolana, se inspiró en el poema homónimo de la ecuatoriana Jenny Londoño, que trata sobre las opresiones que han vivido las mujeres a lo largo de la historia humana en casi todas las culturas, y para lograrlo contó con la complicidad escénica de los bailarines Carol Salazar y Julio Borbón, quienes durante casi una hora nos mantuvieron sumergidos en el tema.

En este trabajo se articularon dos solos, con lenguajes disímiles. El primero atiende a lo femenino y fue ejecutado por Salazar, en el cual predominó la brillantez y la rigurosidad técnica cercana a la danza moderna, es más lineal y fue construido con movimientos periféricos y percutivos, que se mezclan con la adecuada proyección de la intérprete, quien casi ilustra el texto de Londoño, pero invirtiendo las imágenes de dolor del poema por las acciones de un cuerpo aguerrido y fuerte.

El otro solo atiende a lo masculino, sin el peso del texto de Londoño, lo cual da mayor espacio para que el espectador construya sus propias ideas mediante los dibujos que genera el cuerpo de Julio Borbón, de quien sus movimientos son más fluidos, sinuosos, alargados y casi imprecisos, más afines a la tendencia de las técnicas contemporáneas.

Este bailarín nos mostró la parte sensible que la sociedad patriarcal no le ha permitido a los hombres exponer.

Al final, en un dúo, la autora propone la unión para continuar el camino hacia el entendimiento y respeto, no sin antes decir que muchos de los discursos oficiales sobre la igualdad son falsos y queda mucho por hacer.

Los otros participantes en lo plástico formal para esta aventura de Chapellin fueron la actriz María Bonilla quien declamó el texto de Londoño con emotividad, y Federico Dorries, quien integró un marco sonoro en el que se combinan varias piezas de autores militantes de estilos compositivos diferentes.

En este proceso, también participó Patricia Pérez con un diseño de vestuario austero y funcional. La ventaja de este espacio es que permite apreciar, en un ambiente de intimidad, muchos detalles de las interpretaciones y para esto no se requirió de muchos efectosde luces, sin embargo, hubo momentos en que la iluminación no permitió observar los gestos de los bailarines.

Al finalizar Reencarnaciones queda la sensación de que todavía hace falta unir las fuerzas para lograr un mundo donde nuestra especie pueda vivir en armonía. O tal vez, todavía quedan muchas reencarnaciones para alcanzar un nuevo orden para mejorar la existencia, antes de que este planeta proporcione otras condiciones ambientales y no podamos habitarla.