Centroamérica se tiñe de carbón y sangre

Obra de Solís versa sobre temas políticos, sociales y religiosos presentes en Istmo

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Negro como el carbón de un pasado encendido por el conflicto armado. Rojo como la sangre que aún se derrama en estas tierras. Blanco como la paz que aún se añora en Centroamérica.

Con esos colores en su paleta, Rafael Ottón Solís inaugura hoy su más reciente exposición Umbral de fuego en el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (MADC), la cual estará abierta al público hasta febrero del 2011.

La muestra abarca las cuatro salas de este museo, donde se disponen diez instalaciones, cuatro pinturas y una serigrafía.

“Altares” de reflexión. Umbral de fuego utiliza materiales de origen telúrico y toscos en su textura para retratar lo que ha sido la realidad de la región por décadas.

“Uso materiales pobres y fuertes como el drama de estos países que viven en violencia”, dijo Solís.

Con ello, el artista pretende reflejar el conflicto y la guerra. “Sin embargo, contrapone los materiales de manera armoniosa y simétrica a la vez que los combina con el tema de lo religioso”, destacó la curadora María José Chavarría.

Precisamente, lo religioso está presente en la obra de Solís no con el fin de profesar un credo en particular, sino como una reflexión sobre la espiritualidad.

“Las instalaciones terminan siendo espacios ceremoniales, una especie de altares que invitan a meditar”, dijo Chavarría.

La muestra incluye piezas nuevas con otras que antes expuestas, así como nuevas versiones de antiguas obras que adquieren una lectura diferente por el momento histórico en que se exhiben.

Esta es la última exposición del año en el MADC.