Un día cada filme

Las producciones cinematográficas son tantas que la vida no alcanza para verlas todas. Aún así, algunos se esfuerzan por cubrir su cuota

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El crítico de cine Mario Giacomelli tiene una frase célebre que parece resumir su visión de vida: “Felicidad es: ver una película diaria”.

Él se dedica a la apreciación del sétimo arte, por lo que la práctica de sentarse a ver un filme diario va bien con su profesión. Sin embargo ese ejercicio, acucioso, disciplinado y casi religioso no es solo suyo.

¿Existe suficiente tiempo en esta vida como para ver una película diaria? Eso parece, según algunos.

Quizá haya que sacrificar horas de sueño o recortar la duración de alguna salida social pero sí hay personas que están ceñidas en aprender más de cine y, por ello, no tiene mayor problema en ajustar su itinerario a la cuota fílmica diaria. ¿Cómo lo hacen?

Monserrat Montero es actriz, directora de casting en una agencia propia y ya casi publicista. En resumen, no es que tenga mucho tiempo libre. Eso no es obstáculo.

Ve películas cuando la noche se dispone a dormirla pero ella, en cambio, le pide un par de horas más extra a la velada y se resiste a acostarse hasta no haber visto alguna película entera o, al menos, hasta no haber empezado una.

Hace casi cinco años inauguró la dinámica y, si bien no logra cumplirla todos los días, luego compensa las faltas. Así, los fines de semana a veces ve cuatro películas en un solo día.

Algunas las ve para analizar las actuaciones, otras las ha tenido pendientes desde hace mucho tiempo, o más bien son recientes, como Ida, Cake y Escándalo americano . Otras, en cambio son repetidas pero de esas que nunca cansan. Ese es el caso de la versión de Disney de Alicia en el País de las Maravillas la cual, asegura, puede recitar de principio a fin con los diálogos de todos los personajes.

“Siento que tengo que ver muchas películas porque me estimula para mantenerme súper creativa. Me gusta tomar referencias para inspirarme e imaginarme lo que pasa por las cabezas de otras personas”, cuenta.

Recientemente Montero hizo algunos cálculos que, aunque la decepcionaron, no la amilanan para continuar con su ejercicio de ver cuanta película pueda.

En el sitio Internet Movie Data Base, donde se almacena información de una gran parte de las producciones audiovisuales del mundo hay medio millón de filmes. Si ese número se multiplica por tres horas (para promediar la duración de un largometraje), el número de películas pendientes por ver parece difícil de alcanzar por alguien que bordea los treinta años.

“No hay manera de cumplir el objetivo de ver todas las películas y, peor aún, ni siquiera podré llegar en lo que me queda de vida a un octavo de la cantidad”, dice.

Raúl Cabrera, quien es comediante de stand up y guionista, este año se motivó a hacer un ejercicio similar.

Su principal inspiración fue el libro Silver Screen Fiend , del actor Patton Oswald. En el texto, el histrión de Hollywood incluso se cataloga como “adicto a las películas” y cuenta cómo en sus días de desempleado vio hasta cinco películas por día. De ellas aprendió, en parte, a formarse un criterio analítico más fundamentado.

Raúl, que el 1.° de enero empezó su misión del filme diario, solo un día falló (técnicamente). Llegó tan tarde a su casa que empezó a ver la película del día a la 1 a. m.

“Casi lloro”, dice.

Desde hace dos meses duplicó la cuota, entonces ahora dosifica eligiendo dos películas de estilos opuestos, como el día en que vio tanto Dónde está el piloto como La Lista de Schindler . Casi siempre le da play a una entre las 5:00 y 7:30 a. m. y la otra tarde, por la noche. Ahora su lista de cintas vistas en el 2015 incluye más de 400 títulos.

“Quisiera llegar al nivel que Patton Oswald y, durante un año, ver cinco películas al día, pero no sé de dónde sacar el tiempo, al menos el próximo año quiero seguirlo a este ritmo y aumentarlo hasta donde sea humanamente posible”, cuenta.

La cantidad de películas existentes hace que cualquier vida parezca corta, pero nunca es tarde para empezar a ver una película, ni siquiera la madrugada.