Oscar 2015: Sombra de Ellen DeGeneres siguió a Neil Patrick Harris

Amarrado: En el estreno de su papel como presentador de los Óscar se vio muy “encorsetado” por un guion que no lo dejó explotar su carisma

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Neil Patrick Harris tomó aire y entró con paso decidido al escenario del Teatro Dolby a cumplir su sueño: ser el anfitrión de la ceremonia de gala de los Óscar.

Ese paso firme, y, a pesar del poderoso número musical de inicio en el que cantó, su arranque como presentador de la premiación fue incierto, cuando menos.

Sí acertó cuando mencionó la falta de diversidad étnica de la Academia y falló cuando hizo una broma acerca de la riqueza de Oprah Winfrey: fue ese momento incómodo, cuando se cuesta un chiste y hay que explicarlo.

Luego, le faltó tacto con una de las ganadoras del premio al mejor corto documental, Ellen Goosenberg Kent.

“Tiene pelotas para ponerse ese vestido”, dijo Harris..., justo después de que Goosenberg hiciera un sentido recuerdo del hijo de su socia, Dana Perry, quien se suicidó.

Hubo que esperar una hora para anotar un momento notable: su aparición en calzoncillos, cuando recrea el paseo de Michael Keaton por Times Square en Birdman.

Fue el instante en el que las redes sociales ardieron; aunque, como en toda la noche, las comparaciones con Ellen DeGeneres fueron inevitables.

Sombra. Ellen DeGeneres cautivó el año pasado con su frescura y simpatía. Su carisma le dio un nuevo aire a una ceremonia que dura más de tres horas.

El selfie con las estrellas fue el momento memorable de la ceremonia pasada. Un listón demasido alto.

El actor, a pesar de quedar casi desnudo, no logró igualar la emoción de aquel instante.

De hecho, se puede decir que lo soso de la gala hizo resaltar más de lo debido el acto de Harris.

Aunque también tiene su carisma –muchos lo conocen por su papel del mujeriego Barney en How I Met Your Mother –, pero se vio enconsertado por el guion.

Hasta su acto de magia –las predicciones de los Óscar– se vio falto de espontaneidad.

Interactuó con el público de la platea, mas siempre quedó con esa sensación de que faltaba algo más en su conducción.

Neil Patrick Harris no fue el fracaso de James Franco y Anne Hathaway; sin embargo, tampoco fue Ellen DeGeneres. Se quedó a medio camino.