Crítica de cine: ‘Emboscada final’ en un callejón sin salida

Vuelve la historia de la pareja gansteril de Bonnie y Clyde, vista desde el rostro de la ley

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Fue en 1967 que el gran director Arthur Penn logró uno de los mejores filmes del cine, al narrar –entre tonos épicos y líricos– la vida de la famosa pareja de asaltantes de bancos en Estados Unidos, Bonnie y Clyde. Dicha película lleva como título los nombres de sus personajes.

Esa historia de muertes, delitos y de un amor exaltado e irreverente fue encarnada de manera magistral e inolvidable por Warren Beatty y Faye Dunaway. La película nos cuenta su trama desde el punto de vista de Bonnie y Clyde, los gánsteres.

Ahora, el director John Lee Hancock vuelve a dicha historia, pero la narra desde otro punto de vista: el de los “rangers” (les dicen) convertidos en detectives y quienes persiguen a la pareja de criminales con instinto de sabuesos.

El filme se titula Emboscada final y llega por la plataforma de Netflix, con las buenas actuaciones (justo es señalarlo) de Kevin Costner y del inacabable Woody Harrelson, como Frank Hamer y Manny Gault, respectivamente. ¡Bien por ambos!

Hamer y Gault se unieron decididos a acabar no solo con Bonnie y Clyde, sino también con la mitología que se había generado, porque eran consentidos por los más pobres de la sociedad, quienes los veían como especie dual de Robin Hood por asaltar bancos inescrupulosos.

El director John Lee Hancock abre con una interesante imagen borrosa, como la realidad misma entonces, y de ahí en adelante, con soberbia ayuda de la dirección de arte, logra una magnífica recreación de época, mientras se mantiene fiel a los cánones del cine del llamado “género negro” (film noir) o policial.

Con el uso de magníficas panorámicas en combinación con atinados primeros planos de sus personajes principales, la sensación de una tragedia que ha de venir nunca se pierde durante la película. A la vez, el filme asume un discurrir pausado para su oportuno cálculo de los tiempos.

Es una especie de letargo narrativo que nos permite involucrarnos con los acontecimientos, incluso (esto es mérito) con los personajes que apenas aparecen en la trama, que apenas los vemos, pero que son importantes: Bonnie y Clyde.

Emboscada final no es exactamente una crónica gansteril, pero tampoco es una elegía policial, porque sabe retratar las contradicciones personales de los detectives del caso, las de cada uno, y las de ellos ante las jefaturas del orden establecido.

Eso es parte del acontecer político que siempre tenemos en los buenos filmes del género negro, porque dentro de sus recursos expresivos siempre se dan no solo las luchas contra los maleantes, sino también las duras condiciones en que se han de mover quienes los combaten.

Emboscada final es película que vale la pena ver en Nétflix, tanto por lo visual como por lo narrativo: la unidad de ambos aspectos. También por el rigor estético tan personal del director John Lee Hancock y porque, ojalá, luego quieran ver la obra maestra de Arthur Penn, mencionada al principio de esta crítica.

Emboscada final

Título original: The Highwaymen.

Estados Unidos, 2019.

Género: Policial.

Director: John Lee Hancock.

Elenco: Kevin Costner, Woody Harrelson.

Duración: 120 minutos.

Plataforma: Nétflix.

Calificación: CUATRO estrellas ( * * * * ) de cinco posibles.