Crítica de cine de ‘El caso de Richard Jewell’: Una historia real que el cine llena de humanismo

El director Clint Eastwood vuelve al cine como es costumbre en él: con un excelente filme

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Narren lo que narren, hay directores de cine que tienen el don de adentrarse con sentida condición en los personajes de sus películas. Uno de ellos, ahora más que nunca, es Clint Eastwood, quien lo demuestra esta y otra vez con su extraordinaria película El caso de Richard Jewell (2019).

El filme se basa en hechos reales y su red de transmisión es la muy compleja personalidad de un hombre joven, Richard Jewell, cuyo anhelo era ser policía, sin tener condiciones para ello, por lo que le gustaba trabajar como guarda de lo que fuese.

Desde sus carencias y desde sus deseos, la vida para Jewell no fue fácil y el filme refleja cómo su madre era la razón para poder enfrentarse él a sus dilemas. Es así como Richard Jewell consiguió trabajo en los Juegos Olímpicos de Atlanta (1996).

El 27 de julio de ese año, Richard descubrió una bomba y salvó la vida de mucha gente. Al principio, esto lo convirtió en un héroe, pero luego lo llevó a una vida angustiada cuando se le acusó de culpable. Algo así como la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén para luego ser crucificado.

Clint Eastwood no solo nos enumera los hechos, sino que los desgrana de manera meticulosa. Así, nos hace piezas de las angustias de los personajes que están de parte de Jewell. A la vez, hace un estudio muy duro, pero real y sincero, del amarillismo de la prensa y de la corrupción policial.

El genio de Clint Eastwood no tiene reparo alguno para mostrarnos que, en determinadas condiciones, no hay diferencias entre la prensa sensacionalista y el llamado periodismo serio. Aún más, nos muestra cómo la prensa deviene en aparato mediático asociado a entidades gubernamentales, incluida la policía.

De esa manera, El caso de Richard Jewell es mucho más que la suma de sus partes o componentes. Es un filme que parece modesto con sus afanes o ambiciones, pero resulta muy noble con sus diseños y es del todo incisivo con su relato y con sus respectivos resultados.

Al ver cine como El caso de Richard Jewell, uno se convence de que Clint Eastwood es capaz de convertir sus filmes en documentos humanistas. Tiene gran habilidad para rodar sus películas con aparente llaneza, pero con mucha energía vitalista, la que logra por la acción de las fuerzas propias de sus personajes.

Es ahí cuando se convierte –por igual– en magnífico director de actores: en esta película, todos los histriones sobresalen con altura dramática, por lo que El caso de Richard Jewell se acerca a un excepcional universo de seres humanos en su más pura esencia. Agreguen el tono y ritmo precisos para su concierto de imágenes.

El cuidadoso apego minimalista a los detalles le da más intensidad dramática al mundo narrado, sin descuido de los elementos visuales y sin exagerarlos. El oportuno papel de la música es tan fino que –a veces– parece no oírse y, por eso, sabe enhebrarse con la prosa del filme. Película extraordinaria, ya lo dije, queda en sus manos no perdérsela.

EL CASO DE RICHARD JEWELL

Título original: Richard Jewell

Estados Unidos, 2019

Género: Drama

Director: Clint Eastwood

Elenco: Paul Walter Hauser, Sam Rockwell, Kathy Bates

Duración: 131 minutos

Cine: Nova, Cinemark, CCM, San Pedro, Studio

Calificación: CINCO estrellas ( * * * * * ) de cinco posibles