65 escolares de Cartago crean tecnología capaz de conectarse a Internet

Un modelo de carro que recolecta basura, un sistema de alarmas y proyectos que permiten automatizar funciones en el hogar, fueron algunas de las creaciones

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"Nuestro proyecto consiste en no contaminar más el medio ambiente. Hicimos que un carro funcionara, sin echar humo y sin ensuciar, con energía solar y con agua de mar", dice emocionado Emanuel Gamboa, un escolar de 11 años.

Él es uno de los 65 estudiantes de la Escuela Nuestra Señora de Fátima de Cartago, que el martes 17 de octubre concluyeron el programa de Robótica Educativa e Internet de las Cosas.

La iniciativa financiada por el Fondo de Proyectos Educativos de Garnier & Garnier y Zona Franca La Lima capacitó, desde el mes de marzo, a alumnos de cuarto, quinto y sexto grado, que asisten a ese centro educativo.

Gamboa aseguró que decidió involucrarse en este club de robótica, porque creyó que si se "metía, tal vez algunas personas iban a tomar en cuenta la idea, y quizá fabricarían algún producto de estos para salvar el mundo".

El entusiasmo de este niño y la esperanza de rescatar al planeta con sus ideas fue la tónica de muchos de los proyectos desarrollados por los escolares.

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Las propuestas iban desde un sistema de alarma y domótica (automatización de hogares), hasta un modelo de carro que recolecta basura.

Laura Cruz, gerente de sostenibilidad de Garnier & Garnier, explicó que entre las ventajas de que los niños sean parte de este programa es que ellos "están ejercitando un montón de habilidades; aprendiendo sobre la tecnología, jugando y pasándola bien".

La iniciativa se financia por medio de un fondo de $10.000 (cerca de ¢5.700.000), desarrollado por Garnier & Garnier y Zona Franca La Lima, desde el 2014.

Ese dinero pretende financiar programas en áreas como ciencia y tecnología, que sirvan como complemento al currículo escolar de estudiantes de centros de enseñanza cartagineses, que se encuentran en condición de vulnerabilidad y riesgo social.

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Ese mismo año, la compañía lanzó un concurso para que las escuelas optaran por el dinero del fondo. El mismo fue ganado por la Escuela Nuestra Señora de Fátima, gracias a la propuesta Robótica Educativa. Posteriormente, en 2016, el programa se implementó, también, en la Escuela Cacique Guarco de Cartago.

Aprendizaje

El proceso de diseño y construcción de los prototipos fue guiado por el profesor Rogelio Nájera.

El docente explicó que los niños aprenden fabricando: "Ellos primero tienen que conceptualizar qué quieren hacer, entonces lo tienen que ir plasmando en papel, dibujando diagramas de circuitos o algoritmos. Estos son los primeros pasos que se siguen en procesos de ingeniería para crear un nuevo producto".

Una vez superada esa etapa, los menores se apropian de conceptos necesarios para la fabricación de sus prototipos. "Si necesitan conectar algo a Internet aprenden cómo hacerlo en el proceso de prueba y error y así corroboran cómo funcionan las cosas".

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Nájera destacó que para el 2020 habrá un faltante de personas capacitadas en el área de Internet de las Cosas, por lo que resulta conveniente para estos chicos recibir esta formación. "Para que ellos puedan ir desarrollando la capacidad de conseguir un trabajo a futuro".

Adicionalmente, los escolares aprendieron en el programa cómo innovar y cómo hacer investigaciones aplicadas. "No utilizan manuales o replican proyectos. Lo empiezan desde cero y aprenden a lidiar con ciertos obstáculos".