UCR verá posibles daños por paneles solares en red eléctrica

Si se dispara uso de sistemas, habría desequilibrios en hilos de distribución

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Investigadores de la Universidad de Costa Rica (UCR) evaluarán cuáles son los problemas técnicos que podrían enfrentar las redes eléctricas del país, si se populariza la instalación de plantas de generación domésticas conectadas a las redes de distribución.

Esta no es una ocurrencia. Esos sistemas de generación energética para autoconsumo ya han alterado la tensión en redes de distribución de Hawái, California y Arizona (Estados Unidos), y también en Australia, precisó Gustavo Valverde, investigador de la Escuela de Ingeniería Eléctrica de la UCR.

El ingeniero advierte de que, si se dispara la colocación de plantas solares en el país, podría ocurrir un flujo inverso de energía procedente de los sistemas instalados hacia la red principal.

Esto podría crear fluctuaciones de tensión. Incluso, como ya se detectó en otros países, esos llamados flujos inversos podrían irse a casas vecinas en una misma zona y crear problemas en equipos de hogares donde no hay paneles solares instalados.

En el 2010, agregó, proveedores de energía en California reportaron fluctuaciones de tensión ante el crecimiento en ese estado de sistemas a base de paneles solares.

“En Costa Rica, el voltaje se eleva un poco en la madrugada al caer la demanda de energía. Si se popularizan los paneles solares en casas y empresas, esta situación, hoy leve e imperceptible, se podría trasladar a otras horas del día, porque los paneles bajarían la demanda de electricidad. Esto crearía alteraciones de tensión”, explicó el experto.

Valverde, quien apoya esas plantas de energía limpia y renovable, aclaró que tales problemas están aún “muy lejos” de la realidad local. Sin embargo, como sí hay certeza técnica de tales inconvenientes, debe estudiarse cuánta generación distribuida pueden aguantar las redes eléctricas costarricenses.

El plan. El estudio, propuesto para dos años, consistirá en un levantamiento digital de todos los circuitos eléctricos del país y luego realizar una serie de simulaciones con los datos recopilados, con ayuda de un software llamado OpenDSS.

Las simulaciones crearán miles de escenarios con distintos niveles de sistemas de generación distribuida (paneles solares) activos.

Esto revelará cuándo aparecen desequilibrios como fluctuaciones de potencia y flujos inversos, e identificará zonas capaces de alojar altos niveles de generación distribuida, o bien, puntos problemáticos.

Ese conocimiento técnico servirá de base para estudios adicionales que permitirán a los distribuidores aplicar medidas correctivas y adecuar sus inversiones futuras.

Entidades del sector de energía apoyan la necesidad de este estudio propuesto por Valverde y su colega José David Rojas.

“La generación distribuida da muchos beneficios, pero, si crece en desorden, habrá problemas. Es crítico tener ese estudio por nuestra función reguladora y de velar por la calidad del servicio”, manifestó Édgar Cubero, coordinador del Área de Calidad Eléctrica de la Intendencia de Energía, Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep).

Rónald Jiménez, ingeniero eléctrico del equipo de investigación y desarrollo del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), confirmó la existencia de fenómenos que afectan las redes de distribución conforme se suman a ellas generación-distribución en la forma, por ejemplo, de paneles solares.

“El más básico es el flujo inverso cuando hay fuentes de generación que en el día pueden inyectar energía a la red”, comentó.

El ingeniero también cree necesario revisar esos fenómenos en las redes nacionales.

“Como empresa, nos interesa mucho el trabajo de la Universidad, el cual apoyamos, e incluso deseamos introducir algunos casos que nos interesan que sean considerados”, agregó Jiménez.

Natalia Alvarado, presidenta de la Asociación Costarricense de Energía Solar, apoyó el proyecto pues afirma que “una gran barrera actual” para la generación distribuida es el desconocimiento o falta de estudios técnicos de la afectación de esta energía inyectada a las redes nacionales.

“Lo bueno de este estudio es que lo haga la UCR, al ser una institución con la capacidad, el conocimiento y la independencia de criterio necesaria para asegurar la validez de la información que se va a generar”, recalcó Alvarado.