Policía municipal, cámaras de vigilancia y lazos comunitarios reducen homicidios en estos cantones florenses

Alcalde de San Pablo y encargado de la Policía Muncipal de Heredia dan luz a otros municipios sobre cómo ingeniárselas para contrarrestar ola homicida

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San Pablo se destaca como uno de los cantones de Heredia con menos incidencia de homicidios en el país. El año pasado registró solamente uno, mientras que en los años 2017, 2018 y 2022 no se reportaron casos.

El alcalde, Bernardo Porras, atribuye este éxito a varios factores como la implementación de la estrategia “Sembremos Seguridad”, promovida por el Ministerio de Seguridad con el respaldo de la embajada de Estados Unidos. Esta estrategia, adoptada desde 2018, facilita el trabajo comunitario y el involucramiento de los jóvenes en actividades deportivas, charlas y aspectos espirituales, con el propósito de alejarlos de conductas nocivas.

Además, cuentan con alrededor de 60 cámaras instaladas en puntos estratégicos, que son monitoreadas por la Policía Municipal. Algunas de estas cámaras son propiedad del municipio, mientras que otras fueron financiadas por comunidades organizadas contra la delincuencia. Estos dispositivos están conectados a un centro de monitoreo que opera las 24 horas del día, los siete días de la semana, a pesar de que la policía municipal cuenta únicamente con 14 oficiales.

San Pablo tiene 31.519 habitantes y se ubica en una posición favorable en el Índice de Desarrollo Humano cantonal del 2023, con un puntaje superior a 0,8, al igual que otros cantones cercanos como Flores, Santo Domingo, Belén y Heredia. Este índice, que varía en una escala del 0 al 1, refleja un mayor desarrollo humano cuanto más cercano está el puntaje a 1.

El comercio y los servicios son las principales actividades económicas en este cantón, que antes destacaba por el cultivo de café, actividad que ha disminuido en los últimos años.

Según Porras, se ha realizado un mapeo detallado de los dos distritos que son San Pablo y Rincón de Sabanilla y se coordina estrechamente con la Fuerza Pública. El consumo de drogas en algunos terrenos baldíos es identificado como el principal problema, pero gracias a la colaboración de la comunidad, estos espacios se han transformado en áreas deportivas multiusos, con un énfasis en la limpieza y la iluminación.

Aunque no existen asentamientos precarios, hay cuarterías en varios sectores, donde se realizan operativos con la Policía de Migración para garantizar el cumplimiento de la ley.

El trabajo se realiza de la mano de asociaciones, comités de vecinos, directores de escuelas y colegios, así como el Patronato Nacional de la Infancia. El cantón ha destacado en el comercio, especialmente en el ámbito gastronómico y supermercados, así como en construcción.

Más de 500 cámaras

Mientras tanto, el cantón de Heredia, cabecera provincial, cuenta con un amplio sistema de vigilancia, con más de 500 cámaras instaladas, principalmente orientadas hacia la seguridad ciudadana y la protección del patrimonio.

Para aprovechar estos dispositivos, en el centro de monitoreo de la Policía Municipal hay cuatro operadores por turno, lo que permite una amplia cobertura sin necesidad de aumentar el personal.

Gustavo Garita, gestor de Seguridad Ciudadana de la Municipalidad, destaca que cuentan con Policía Municipal desde hace 29 años, con un crecimiento significativo en su fuerza, que actualmente cuenta con 51 oficiales distribuidos en cuatro grupos para brindar servicio las 24 horas del día.

Garita enfatiza que la delincuencia está en aumento, por lo que es necesario fortalecer tanto el recurso humano como tecnológico de la Policía para combatirla eficazmente.

Las cámaras de vigilancia juegan un papel crucial en la prevención del delito, siendo utilizadas para verificar o descartar denuncias y dar seguimiento a vehículos sospechosos hasta su interceptación por parte de los oficiales.

“La delincuencia sabe que en Heredia hay cámaras en cada esquina y eso nos ayuda mucho”, afirmó Garita, quien también anunció planes de remodelación del centro de monitoreo con la colaboración de la embajada de Estados Unidos.

El programa de Seguridad Comunitaria, conocido como “Ojos y Oídos”, permite a los vecinos transmitir información sobre problemas que afectan a la comunidad, más allá de lo puramente policial, como la presencia de indigentes o áreas poco iluminadas.

Se trabaja en estrecha colaboración con diversas entidades, como la Fuerza Pública, el OIJ, Migración, Salud, la Policía de Control Fiscal y personal de patentes. Han determinado que el trabajo conjunto es fundamental para obtener resultados positivos.

El análisis de estadísticas es una parte integral de su labor diaria. Se identifican zonas problemáticas como Guararí, La Aurora, La Gran Samaria y el sector IMAS, donde se concentra la delincuencia.

El despliegue policial se ajusta según los movimientos delictivos, realizando patrullajes estratégicos para prevenir la migración de la delincuencia hacia otras áreas.

La mayoría de los delitos son hurtos, muchas veces debido a la falta de precaución por parte de los ciudadanos. Los robos de celulares son frecuentes, como el ocurrido recientemente a dos estudiantes cerca del colegio Manuel Benavides, donde se logró capturar al sujeto con la evidencia y se le dejó en la Fiscalía.

Se reconoce un aumento en la presencia de personas en situación de calle, quienes a menudo cometen delitos para satisfacer sus necesidades de consumo de drogas.

Para promover espacios seguros, se han implementado medidas como la presencia de policletos en parques, así como el patrullaje de la unidad canina en sitios más alejados, como La Aurora, Santa Cecilia, Lagunilla, Mercedes Norte y Mercedes Sur, con el objetivo de disuadir la venta de drogas y recuperar espacios públicos.

En resumen, San Pablo y Heredia han implementado estrategias integrales de seguridad que combinan tecnología, trabajo comunitario y coordinación interinstitucional para mantener la tranquilidad y el bienestar de sus habitantes.