Hombre pasó 10 años en la cárcel condenado con prueba ilegal: ‘Nunca pude ir a dejar a mi hija al kínder’

Sala Tercera absolvió por duda a sujeto que fue sentenciado en el 2010 por homicidio; él buscará demandar al Estado por daños

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Martes 27 de agosto, 8:30 a. m. Michael Fernando Mora Salas, de 36 años, dormía en uno de los módulos de mínima seguridad en la cárcel La Reforma, en Alajuela, cuando llegaron dos policías penitenciarios para decirle que debía levantarse e irse.

“¿Irme?, ¿para dónde? Ellos no me respondían nada, solo me decían que arrollara. Yo supuse que me iban a cambiar de módulo, pero no entendía porqué”, relató Mora, quien, hasta ese momento, desconocía que la Sala Tercera había ordenado su libertad, al considerar que se utilizó prueba ilegal para condenarlo a una pena de 20 años por homicidio calificado con alevosía en el 2010.

Una vez más volvió a preguntar a los oficiales qué sucedía, a lo que, según recordó, uno de ellos le respondió:

– Usted se va hoy de aquí, le dieron la libertad. ¡Arrolle!

Mora, incrédulo ante la noticia que recién le daban, se levantó, se cambió de ropa, guardó un par de cosas en unas bolsas y salió del módulo. “Pensé que era una broma, entonces no me lo creí, pero igual recogí algunas cosillas. Lo que le dije a mis amigos (compañeros de celda) era que, si yo no regresaba, se dejaran la ropa que estaba dejando ahí”, narró.

Los oficiales penitenciarios lo custodiaron hasta una celda individual, donde Mora esperó que la administración penitenciaria verificara que todo estaba en orden con su egreso.

“Y salí, luego de todo, salí. Soy libre, pero eso no me quita el sufrimiento que tengo por nunca poder ir a dejar a mi hija al kinder, por ejemplo”, apuntó.

En ese momento, el hombre dejaba atrás los diez años que estuvo en esa prisión, luego de que el Tribunal Penal de Desamparados lo declarara responsable del asesinato de William Joseph Hernández Casasola, de 20 años, ocurrido en el 2008 en Los Guido de Desamparados.

La sentencia fue fundamentada en el anticipo jurisdiccional (declaración emitida por un testigo en riesgo de ser asesinado o de ser amenazado) brindado por un hombre, de apellidos Vega Osorio, días después del asesinato.

Sin embargo, en la resolución de la Sala Tercera, de fecha 23 de agosto, fue absuelto por duda porque esa prueba fue catalogada como ilegal. Como no está disponible la resolución completa, se desconocen los razonamientos para llegar a esta conclusión.

De no ser por este fallo, él habría cumplido sentencia el 24 de febrero del 2025.

“En serio yo no lo podía creer, era algo que no esperaba porque ni siquiera sabía que mi defensora había metido un recurso ahí (en Sala Tercera). Yo se lo había pedido mucho a ella, pero me decía que era perder el tiempo. Por eso me tomó de sorpresa todo esto, pero gracias a Dios que fue así”, recalcó.

Se intentó conocer quién fue la defensora pública, pero la oficina de prensa del Poder Judicial no respondió.

Aunque aún no ha hecho trámites al respecto, Michael Fernando Mora Salas no descarta demandar al Estado por todo el tiempo que estuvo encarcelado.

Marcas para siempre

Cuando Mora cayó preso, su segunda hija tenía apenas 4 años, mientras que la mayor tenía 6. Mantenía una relación con la mamá de la última pequeña, pero toda su vida familiar se destruyó.

Ella se alejó porque a él le faltaba muchos años en prisión; él lo entendió y aceptó.

“Yo entendí que ella quería rehacer su vida, no era justo mantenerla cerca de mí. Yo la amaba y casi me vuelvo loco. Y luego me dio rabia, claro, porque si yo hubiera sido culpable, uno asume que tiene que pagar por lo que haya hecho, pero yo era inocente. Entonces, me quitaron toda mi vida. Fueron diez años, no cinco minutos.

“¿Quién me va a devolver los cumpleaños en los que no pude estar? ¿Quién me va a devolver todo el tiempo que pasé sin mis hijas? ¿Quién? Ellas ya no son niñas, son adolescentes y yo me perdí verlas crecer simplemente porque alguien creyó que era culpable, pese a que no lo era”, señaló.

También perdió su trabajo como operario y chofer en un negocio de máquinas de juegos. “Me quedé sin nada y ¿ahora quién me va a contratar? La sociedad es muy injusta", agregó.

Pero no solo se derrumbó todo a nivel personal para él, sino que, una vez que estaba recluido en esa prisión, tuvo que lidiar también con situaciones “tan difíciles que me seguirán por siempre”.

“Uno jamás se imagina lo que pasa adentro. En un mundo tan pequeño como ese, uno jamás cree que pasa todo lo que pasa. Ahí yo presencié homicidios y agresiones feas. Pero uno no puede decir nada, porque sino se lo vuelan a uno. Ahí es la ley del silencio”, describió.

Añadió: “Un par de semanas antes de salir casi me acuchillan y eso que yo me mantenía lo más lejos posible. Ahí, adentro, es puro salvajismo”.

Todo eso que vivía en el momento, lo hizo intentar suicidarse tres veces. “Me arrebataron toda mi vida, yo no quería seguir así, quería morirme. Pero gracias a Dios, nunca logré avanzar en esos planes y lo que hice después fue pedir mucha fortaleza y aferrarme a la esperanza de salir”, dijo.

Hoy, gozando de su libertad y de sus hijas, Mora piensa en demandar al Estado por el daño que le causó, pero, más allá de eso, aseguró que está enfocado en siempre recordar la gran cantidad de lecciones que le dejó esta experiencia, entre las cuales está hacer siempre las cosas bien.

Si bien insistió en que él no cometió el asesinato que se le achacaba, reconoció que no “era una blanca paloma".

“Solo uno que ya estuvo ahí, sabe que ese es un lugar para no regresar jamás”.

El caso en breve

El caso por el cual se condenó a Michael Fernando Mora fue el homicidio de William Joseph Hernández Casasola, de 20 años, descubierto a las 9:15 a. m. del 16 de julio del 2008, en Los Guido de Desamparados.

En las pesquisas se determinó que el crimen fue perpetrado a la 1 a. m. cuando el fallecido, que ayudaba a un tío en el transporte de mercadería, dormía en el asiento de un camión de carga liviana. Recibió dos balazos en la cabeza.

El Tribunal Penal de Juicio de Desamparados sentenció a Mora por el delito de homicidio calificado por alevosía. Sustentó el fallo en un anticipo jurisdiccional de prueba brindado por un testigo de apellidos Vega Osorio.

Este declaró que Mora llegó al lugar del crimen en un vehículo, se bajó de este, se acercó al camión y sacó un arma. "Decidí agacharme, escuché de seguido dos detonaciones, pude observar cuando (Mora) huía abordo del automóvil”, dijo Vega en el anticipo.