Psicólogos ayudan a bajar los niveles de ansiedad

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Un equipo de atención psicosocial de la UCR viajó a Guanacaste para ayudar a reducir los niveles de ansiedad entre la población afectada por el terremoto del miércoles pasado.

Los casos de mucha ansiedad, provocados por la incertidumbre en torno a otro posible sismo, pueden generar hasta efectos físicos en los habitantes. Tal es el caso del insomnio, del sueño intermitente, del dolor de cabeza o del dolor de estómago.

Así lo explicó el psicólogo Marco Carranza, de la Universidad de Costa Rica (UCR), quien agregó que esta angustia también puede alterar a las personas con pensamientos catastróficos, aparte de afectarles sus sentimientos, sus conductas y sus relaciones con otras personas.

Carranza es parte de la Brigada Universitaria de Atención Psicosocial de Emergencias y Desastres, un programa de extensión de la UCR creado en 1989, con ocasión del huracán Juana, para llevar ayuda psicológica tras el primer impacto de un evento.

Ayer, un equipo de profesionales y estudiantes avanzados de Psicología viajó a Guanacaste para colaborar en esta tarea.

Según Carranza, cuando no hay pérdidas humanas (como en este caso) se tiende a minimizar el impacto de un evento natural, pero la destrucción de viviendas o la suspensión de servicios básicos tiene un efecto emocional.

“Aparte de perder sus casas, las personas presentan mucho temor a que el evento se vuelva a suscitar, sobre todo porque hay mucha desinformación sobre los procesos geológicos”, señaló Carranza.

“La incertidumbre genera mucha ansiedad. Si uno no sabe qué va a ocurrir, es terriblemente angustiante (...) Se decía si este era el temblor grande que estaban esperando o si todavía faltará otro. Lo que nosotros buscamos es llevar información a las comunidades que ayude a bajar los niveles de ansiedad”, continuó el profesional.

Para ello, el equipo va acompañado por un experto de la Red Sismológica Nacional, quien suministrará información científica.

Una de las primera acciones del grupo consistía en capacitar a la Asociación de Psicólogos de Guanacaste para ofrecer herramientas de atención que pueden ser usadas en centros de salud públicos.

Para atenuar la ansiedad, expuso Carranza a manera de ejemplo, se puede practicar la “escucha activa”. Es decir, conversar con afectados para que ellos puedan ventilar sus sentimientos.

Tras la avalancha que obligó a evacuar 160 familias en el 2003 en Calle Jucó, Orosí (Paraíso), una tesis de la Escuela de Psicología de la UCR encontró que las niñas y niños de la comunidad sufrieron efectos psicológicos como miedo, nerviosismo, ansiedad, estado de hiperalerta y angustia.

La investigación de Catalina Ramírez Vega y Silvia Camacho Calvo diseñó, entonces, una intervención psicosocial basada en la organización comunitaria, que ayudara a informar sobre el riesgo para le gente y sobre cómo reducirlo.