En una requisa que se prolongó durante más de dos horas y en la que participaron 800 policías, en el centro penal La Reforma, las autoridades hallaron ayer 600 puñales hechizos en manos de los reos.
Según confirmó el director de la Policía Penitenciaria, Guillermo Ugalde, los reos destruyen las celdas y utilizan los perling y varillas de construcción para fabricar armas punzocortantes.
“En ocasiones, he pensado que, en un temblor, los ámbitos A y B se podrían caer por el deterioro de la construcción”, dijo Ugalde.
La acción policial se ejecutó de 9:30 a. m. a 12 m., y participaron 700 efectivos penitenciarios con apoyo de otros 100 oficiales de la Fuerza Pública y de la Unidad de Intervención Especial.
Además, una avioneta de la Sección Aérea de la Fuerza Pública sobrevoló el lugar mientras los agentes revisaban las celdas.
La acción se concentró en los ámbitos A y B, que albergan a unos 1.800 presidiarios de los 3.600 que descuentan penas en esa cárcel, ubicada en San Rafael de Alajuela.
Según datos de Adaptación Social, la sobrepoblación en La Reforma es de un 65%.
Este hacinamiento no es ajeno a la cárcel de San Sebastián, en San José, que tiene un 80%, mientras que en la de Cartago es de 55%.
Dinero y licor. Además de las armas, los oficiales decomisaron a los reos ¢600.000 en efectivo, 21 celulares, botellas con un total de nueve litros de chicha, que fabrican los reclusos con paquetes de refrescos en polvo y pan, así como también un chaleco de protección hecho de baldes plásticos.
También las autoridades hallaron piezas de perling , platinas, varillas de construcción y punzones, entre otros.
“Se logra cumplir el objetivo sin mediar eventos críticos entre privados de libertad y policías, garantizando mayor seguridad para los reclusos, sus parientes e, incluso, funcionarios”, dijo el subdirector general de Adaptación Social, Reynaldo Villalobos.
En tanto, el ministro interino de Justicia y Paz, Jorge Rodríguez, calificó de exitosa la operación y aseguró que no hubo ninguna persona herida ni enfrentamientos.
Daños y difícil control. El deterioro del centro penal es uno de los problemas, junto con el hacinamiento y la poca vigilancia que hay dentro del recinto, señaló el ministro de Justicia.
“Uno de los problemas es que, al haber tanta gente dentro del centro penal, es muy difícil controlar ciertas áreas”, manifestó Rodríguez.
De hecho, el 15 de setiembre, un reo de apellidos Artavia García fue asesinado a puñaladas en el Centro Adulto Joven, en La Reforma.
Según Rodríguez, los actos de vandalismo en la infraestructura de La Reforma se dan principalmente en la noche, cuando es más difícil para los oficiales poder observar a todos los presos.