OIJ busca a gerente por hurto de ¢378 millones al Banco Nacional

Empleado fue visto por última vez el sábado; él tenía que cerrar la agencia

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La sustracción de ¢378 millones del Banco Nacional de Santa Teresa de Cóbano, Puntarenas, tiene al Organismo de Investigación Judicial (OIJ) tras la pista del gerente de esa agencia.

Se trata del funcionario Juan Carlos Quesada Salas, de 43 años de edad, de quien se desconoce el paradero.

La alerta del faltante del dinero, así como de la desaparición de Quesada, se dio el lunes al mediodía, cuando los empleados de la agencia llegaron a laborar y hallaron la bóveda abierta.

Los funcionarios detectaron que faltaba plata e intentaron comunicarse con el gerente, pero este no respondió el teléfono y nunca llegó a trabajar.

A la vez, ni la dueña de la cabina que alquilaba Quesada, ni su familia, que vive en Tilarán, Guanacaste, tenían datos sobre su paradero, según informó el OIJ.

De acuerdo con el reporte, los empleados bancarios recordaron que el administrador fue el último en estar en la agencia, el sábado en la noche, pues le correspondía cerrar la oficina vespertina.

El Banco Nacional comunicó que, debido a ese panorama, interpuso una denuncia ante la Policía Judicial.

Ayer, el OIJ confirmó que a Quesada Salas se le busca como el principal sospechoso de las sustracción del botín.

La entidad también señaló que ese hurto bancario es uno de los más grandes que se ha realizado en el país.

Último rastro. Un equipo de La Nación visitó ayer Santa Teresa con el fin de obtener más datos sobre la desaparición de Quesada.

Las oficinas del Banco Nacional se encontraban abiertas y operaban con normalidad, pero el administrador a cargo pidió remitir cualquier consulta a la sede central de la entidad.

Mientras tanto, un grupo de taxistas informales que laboran en la localidad aseguraron que ocasionalmente brindaban sus servicios al gerente.

Entre ellos estaba Alexánder Porras, quien también recordó que, la mayoría de las veces, Quesada caminaba unos dos kilómetros desde la agencia bancaria hasta las cabinas Mar Azul, en la localidad de Malpaís, donde residía.

“La última vez que lo vi fue el sábado por la mañana, cuando lo llevé desde su casa hasta su trabajo, pero supe que luego se devolvió. Era muy pura vida, buena persona, siempre andaba solo, no tenía familia acá, pero sí se le veía con tres jóvenes que eran amigos suyos”, recordó Porras.

Wendy Angulo, dueña de las cabinas Mar Azul, detalló que le arrendaba a Quesada desde hace aproximadamente dos meses.

Angulo agregó que la última vez que vio a su inquilino fue la noche del sábado.

“Él duerme en una casita. El sábado a las 8 p. m. vino al restaurante a traer unos cigarrillos. Él siempre estaba muy aparte, solo andaba con unos amigos que a veces llegaban. No tenía problemas con nadie y lo jalaba mucho un amigo suyo que es taxista”, narró Angulo.

Quesada labora en el Banco Nacional desde hace unos 10 años.

La Dirección de Migración notificó ayer que el funcionario no registra salidas del país.

Entra tanto, familiares de Carlos Quesada relataron que lo esperaban el fin de semana en Tilarán, pero no llegó.