Sujeto que tocó a mujer en Cartago: ‘No estaba bien mentalmente; estaba bajo efectos de alcohol y drogas’

Tribunal Penal lo condenó a cuatro años de cárcel por hechos ocurridos en setiembre pasado, cuando le metió la mano debajo del vestido a una vecina de San Francisco

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“Reconozco los cargos que se me acusan. Sé que soy culpable y, ante todos, pido disculpas a la ofendida por el daño que le cometí. No estaba bien mentalmente, estaba bajo los efectos del alcohol y las drogas. Le pido disculpas, le pido perdón”.

Con esas palabras, Rafael Ángel Villarreal Gutiérrez, de 48 años, admitió haber abusado a una mujer el 16 de setiembre del año anterior. Él le metió la mano debajo del vestido cuando ella caminaba por San Francisco de Cartago, con el coche de su bebé.

Las declaraciones fueron brindadas minutos antes de que el Tribunal Penal de Cartago acogiera la solicitud fiscal y le impusiera cuatro años de cárcel por un delito de abuso sexual, aunado a seis meses de prisión preventiva.

El testimonio de Villarreal fue más allá de las disculpas, pues aseguró que si bien las mismas no eran una justificación, era importante que los jueces conocieran que él vivió una niñez “difícil”, por lo cual ha cometido graves errores, como este.

“Deseo manifestar que en mi niñez fui abusado sexualmente por una mujer. Cuando tenía 12 años ella me mostraba revistas pornográficas, me pedía que la tocara, eso fue constantemente. Le dije a mi madre, pero nunca me hizo caso. Ella (la mamá) se ocupó de mis hermanas, nunca de mí.

“Yo me vine para Cartago, para Paraíso. Ahí anduve en situaciones que no tuve que haber andado, fumando drogas, bebiendo alcohol. Me acusaron de violación y fui preso. Abusaron de mí en la cárcel (...) Me golpearon, me agredieron, nunca tuve ayuda psicológica por parte de nadie”, apuntó.

Enfatizó en que, cuando “anda sano”, es respetuoso con todos.

“Cuando ando sano, soy respetuoso con todos, nunca falto el respeto a mis sobrinas, primas o hermanas. A nadie. (...) Ese día (el 16 de setiembre anterior) venía saliendo del trabajo, me encontré con dos compañeros, decidí complacerlos porque tomaban licor y tomé.

“Iba para mi casa y fue cuando sucedió eso, cuando toqué a la señora. Estoy arrepentido, siento mucha vergüenza (...) Necesito que por favor me ayuden para no seguir en esto, no quiero seguir más en esto”, señaló el hombre durante su declaración.

Tribunal: ‘Usted podía comprender lo que hacía’

Una de las juezas que conformó el Tribunal, Shirley Moraga Torres, aseguró al leer el por tanto que valoraron el arrepentimiento del imputado, no obstante la pena no podía ser menor, ya que él tenía conocimiento de lo que estaba haciendo el día de los hechos.

“No existe margen de duda de que usted cometió los hechos (...) Y hemos establecido que usted era una persona que podía comprender lo que hacía”, reprochó la juzgadora.

Pese a eso, aseguró la jueza que tomarán en cuenta en el fondo de la sentencia las manifestaciones que hizo el imputado con relación a la solicitud de ayuda psicológica.

“El Tribunal tomó en cuenta que está arrepentido y que ha pedido perdón”, señaló Moraga, quien añadió que eso se contrarresta con la afectación que sufrió la víctima al ver su integridad violentada.

Alegatos de la Fiscalía y defensa

En la lectura de las conclusiones la fiscala Carolina Martínez justificó la petitoria de prisión al indicar que, si bien él alegaba que tuvo problemas en la niñez, los estudios psicológicos realizados arrojaron que sus acciones no fueron cometidas a partir de padecimientos mentales.

Es decir, añadió, Villarreal no es una persona inimputable.

Sobre esto, el defensor público Juan Pablo Rojas Arias indicó que la intención al realizar estos estudios psicológicos no era para intentar convertirlo en alguien inimputable, sino para dejar por cierta su historia de vida.

“No es una persona inimputable. La finalidad de la defensa era que el Tribunal pudiera tener un documento generado por un perito que estableciera que la vida que tuvo, tuvo una consecuencia directa en las conductas realizadas”, señaló.

Por ello, la defensa había solicitado una pena menor, así como ayuda psicológica para el imputado, ya que, insistió, el arrepentimiento del sujeto es real.

Se desconoce si Rojas Arias apelará la sentencia.