Un perito forense aseguró ayer que los chalecos antibalas comprados por el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), en el 2005, sí cumplen con las normas técnicas para resistir impactos de proyectiles de armas de fuego.
El testimonio del ingeniero mecánico, Wagner Mejías, fue escuchado por el Tribunal Penal de Hacienda, durante el juicio que se sigue porque los 112 chalecos, al parecer, son de una protección más baja de la que se solicitó.
Por eso fueron acusados los empresarios Ángel Guillermo Bilak Goldschmidt y Beatriz Dory Bron Steimberg, representantes de la empresa Armiel Internacional, que vendió los chalecos. También, se imputó a Mauricio Fonseca, secretario del OIJ, por recibirlos.
El perito Mejías laboró durante 13 años en la Sección de Pericias Físicas del OIJ, pero ahora es docente de la Universidad de Costa Rica.
El experto tuvo a cargo las pruebas para determinar si los chalecos soportaban impactos de proyectiles de bala nueve milímetros y 44 Magnum.
El perito Mejías explicó que los chalecos resistieron, durante las pruebas de laboratorio, los impactos de los calibres para los cuales fueron diseñados.
Esa posición fue objetada por la agente que investigó el caso, Gabriela Fonseca, quien dijo, ante el mismo Tribunal, que ella vio las balas atravesar los chalecos .
El perito aclaró que hubo balazos que impactaron uno muy cerca uno del otro, por lo que fueron anulados debido a que el segundo disparo traspasaba el chaleco, porque el panel balístico de protección había sido afectado por el primero.
Wagner Mejías comentó en su declaración que jamás recibió órdenes de sus superiores ni de Francisco Segura, actual director del OIJ, de manipular los resultados de la pericia, para que favorecieran a la institución.