Pococí, Limón. "Lo odio (...), usted no merece el perdón de Dios ni de mi familia por todo el daño que nos ha causado. Mi hijo era lo más preciado que teníamos".
Así explotó Yerica Mesén Castro, madre del niño que fue decapitado el 27 de agosto del 2016 en El Edén de Guácimo, Limón, cuando pudo hablarle de frente al sospechoso de asfixiar y violar a su hijo.
Al finalizar las conclusiones de las partes involucradas en el juicio que arrancó el pasado 16 de mayo en los Tribunales de Pococí, el juez Enelson Garita Vindas le dio la palabra a la mujer, de 28 años, y esta reiteró una y otra vez que odiaba al sujeto.
Mesén contó que el menor amaba los animales y que eso fue aprovechado por el sujeto, de apellidos Campos Mendoza, para cometer una "atrocidad".
"Mi hijo no merecía morir de esta forma solo por sus deseos, mi hijo amaba la vida, amaba a los animales y usted se aprovechó de su inocencia, de su corta edad, de que no se podía defender (...), le deseo todo el peso de la ley", agregó la joven madre.
Familiares tuvieron que agarrar a Mesén, quien intentó abalanzarse sobre el sujeto, al tiempo que la seguridad de los tribunales, donde se realiza el juicio por este caso, intervino para mantener el orden.
El padre del menor, José Antonio Martínez Loría, prefirió no decir nada, mientras que Campos guardó silencio.
Durante este miércoles por la mañana, la Fiscalía, el abogado de la familia y el defensor del imputado expusieron sus conclusiones.
El Ministerio Público pidió una condena de 51 años y seis meses, el querellante de 61 años y seis meses, mientras que la defensa pidió la absolutoria de Campos.
A este hombre, hoy de 24 años, se le atribuyen los delitos de privación de libertad, violación, homicidio calificado y profanación de cadáver en perjuicio del niño de 8 años.
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El Tribunal de Juicio, integrado por Garita, quien preside, Greivin David Piedra Figueroa y Yuliana Vallecillo Alfaro, anunció que a las 3 p. m. se dictará la sentencia.
Los hechos
El día de la muerte, el niño pidió permiso a su papá para ir a jugar a una casa ubicada a dos puertas de la suya. Nunca regresó.
Dada la voz de alerta, los vecinos se unieron a la búsqueda, pero pasaron varias horas antes de que llegaran hasta la casa de Mendoza, alias Pirucho.
Ahí, los rastros de sangre confirmaban que había ocurrido un hecho violento. Al asomarse a las escaleras traseras del inmueble se localizaron más pistas y, posteriormente, los restos del pequeño en un río. Primero el cuerpo y luego su cabeza. Eso fue alrededor de las 10:30 p. m.
Desde ese momento, la Policía intensificó la persecución del presunto responsable y, en la madrugada del 28 de agosto, finalmente, fue capturado Campos Mendoza.
Los vecinos, enojados por lo sucedido, le quemaron la casa del sujeto e incluso lo buscaron por horas con la idea de tomar la justicia en sus manos.
Se cree que Pirucho utilizó unos gatos para atraer a la víctima a su vivienda.
Actualmente, Campos, quien es adicto a las drogas y enfrenta otra causa bajo el expediente14-002289-066-PE por abuso sexual contra otra menor de edad, se encuentra en el Centro Penitenciario La Reforma, en San Rafael de Alajuela.
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