Un hombre de 66 años fue detenido como sospechoso de participar en al menos cuatro estafas pues se hacía pasar por empresario, para ofrecerle trabajo a sus víctimas y luego despojarlas de sus pertenencias.
De acuerdo con el informe preliminar de la Policía Judicial, el adulto mayor de apellidos Pérez Garro, conocido como Pirulino, al parecer abordaba a las ofendidas en vía pública, espacio en el que fingía ser empresario y les ofrecía oportunidades de empleo, timo con el que presuntamente se ganaba su confianza.
Luego, mediante llamadas telefónicas, las citaba en bares o restaurantes donde en apariencia utilizó el engaño, tratos amables, piropos y palabras románticas, haciéndoles creer a las ofendidas que les daría un trabajo muy bien remunerado.
En esa misma cita, con la excusa de tener que ir al baño o a realizar una llamada telefónica, aprovechaba la oportunidad para escapar con celulares, dinero en efectivo o joyas de las ofendidas, dejándolas en el bar o restaurante, con una cuenta pendiente de pagar por lo consumido, indicó el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
Los hechos por los que se le investiga habrían ocurrido en San José entre setiembre y octubre del 2022.
Tras la investigación realizada por los agentes judiciales para identificarlo, los oficiales detuvieron al hombre pasadas las 10 a. m. del pasado martes en el distrito Merced en San José. El sospechoso quedó a las órdenes del Ministerio Publico, con un informe para que se le determine su situación jurídica.
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El 4 de octubre anterior, el OIJ reveló de que en los primeros nueve meses de este año, 25 personas, sobre todo jóvenes que buscaban trabajo, presentaron denuncias tras haber sido víctimas del timo del falso empleador.
“El perfil común de las víctimas suele ser el de personas jóvenes, de lugares alejados del centro del país, que atienden el llamado del timador por necesidad, en busca de un dinero extra o de una oportunidad de trabajo, según sea la modalidad”, dijo Ángelo Cerdas Rojas, fiscal de la Unidad de Trámite Rápido del Ministerio Público.
Luego de ponerse en contacto, las citan en un lugar público en el centro de San José e incluso les piden llevar una computadora o celular para instalar una aplicación o software para optar por la oferta laboral. Una vez que ganan confianza, les piden solicitar un expediente en un centro penal como parte de la prueba y, mientras las víctimas dejan sus pertenencias en poder del timador, este huye.
En los primeros nueve meses del año, los delincuentes se apropiaron de bienes por al menos ¢3.000.000.