Acosador deberá pagar terapia a joven a quien mostró genitales en bus de Cartago

Partes conciliaron este jueves luego de que Fuerza Pública detuvo al sujeto y lo presentó ante la Fiscalía de Flagrancia

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Una joven de 18 años tuvo la valentía de acusar a un sujeto de 42 años, que la acosó sexualmente cuando ella iba en un bus hacia Cartago.

“Desearía ser la última mujer que tenga que pasar una situación así”, afirmó la estudiante de Administración de Negocios, luego de una semana donde todavía no se le borra de la mente lo vivido.

Samantha Castro, vecina de Desamparados, iba a visitar a una amiga. Abordó el bus de la empresa Auto Transportes Lumaca en San José a eso de las 11:30 a. m. del viernes 2 de julio y se sentó al lado de la ventana.

Cerca del mediodía, el acosador, de apellido Begerstaff, costarricense, abordó el bus en San Diego de La Unión y comenzó a piropearla, luego se habría masturbado a su lado y por último le mostró el pene.

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Apenas pudo, la joven alertó por celular a su amiga de lo que estaba ocurriendo, pero antes de llegar a su destino supo que iba a ocupar pruebas para demostrar lo sufrido y fue así como en un descuido del sujeto ella lo grabó con el celular, luego empezó a gritar y pidió auxilio.

Con el apoyo del conductor del bus, la Fuerza Pública detuvo al sujeto cuando la unidad de transporte público llegó a la parada cercana al Colegio de San Luis Gonzaga, en Cartago. La Policía lo trasladó a las celdas de Cartago.

En otra patrulla, la víctima fue llevada a la Fiscalía para que interpusiera la denuncia por flagrancia y este jueves, a las 5:30 p. m., durante la segunda audiencia, se llegó a una conciliación.

El sujeto tiene prohibido acercarse o llamar a la víctima, no puede cometer delitos en un período de un año y deberá cubrir durante varios meses el pago del tratamiento psicológico a la víctima. Ni el plazo ni el monto de cobertura fueron revelados.

La joven concilió por recomendación de su abogado, pues aunque luego supo que otra mujer había sufrido un acoso similar, lo cierto es que nadie lo había denunciado y, al ser primerizo, tenía opción al beneficio de la ejecución condicional de la pena.

Ante la posibilidad de que el acosador se librara de la cárcel, aunque se le dictara el monto máximo que estipula la reciente Ley contra el Acoso Sexual Callejero (N.° 9877), que es de un año, la víctima optó por otra acción.

“En un juicio era probable que lo condenaran a seis meses de cárcel y luego saldría con su hoja de delincuencia limpia, de modo que preferí obligarle a pagar mi tratamiento por el trauma sufrido, aunque él siga libre” dijo Castro.

Estima que las penas deberían ser más fuertes, es un delito sexual y no debería dejársele salir tan rápido.

“Ahora lo que sigue es mi tratamiento psicológico, el debe cumplir con el pago mes a mes, como se comprometió y firmó en el Juzgado. En caso de no cumplirlo podría quedar en prisión”, agregó.

Acorralada

Samantha relató que primero el sujeto empezó a hacerle preguntas personales, le pidió el número de teléfono, luego le dijo que la invitaba a un café y comenzó a halagarla, pese a que ella lo evadía; por último, el sujeto llegó al punto de mostrarle sus genitales.

“Yo no quería conciliar, quería que él fuera a la cárcel, lo que pasa es que me explicaron que eso era poco probable. Supe que al conciliar al menos en la hoja de delincuencia le iba a quedar manchada por varios años, mientras que si lo encarcelaban, al día siguiente iba a tener la hoja de delincuencia limpia”, dijo.

En la conciliación se valoró que el sujeto recibiera terapia por sus problemas de conducta, al parecer generados por adicción a la pornografía, pero eso lo obligaba a costearse el tratamiento y con ello se le reducía a ella el monto que debía pagarle a la joven para su atención psicológica, por lo que ella se opuso.

“La verdad es quise poner mi salud mental como prioridad. No quise renunciar a mis derechos para darle un beneficio a él, siendo que él fue quien me causó el daño psicológico. Además quedó obligado a no volver a cometer delitos”, explicó.

Al trascender el caso de Samantha en redes sociales, otra mujer la llamó para decirle que hace dos años había sido víctima del sujeto en el mismo trayecto, en un bus de Lumaca.

Ella también lo denunció esta semana, pero como el caso ocurrió cuando todavía no existía la legislación actual, solo se le tramita como exhibicionismo, sin pena de cárcel.

Antes del 2020, esa conducta era tipificada como contravención y solo se castigaba con multas. En mayo del 2019 el Juzgado Contravencional de Heredia multó a un sujeto por masturbarse frente a tres adolescentes en La Aurora de Heredia.

Solo entre agosto y diciembre del año pasado, con la nueva ley, ya se habían detenido 36 acosadores.