31 cadáveres en el olvido familiar tuvieron sepultura

La mayoría eran indigentes; familias nunca se enteraron de sus decesos En octubre, el OIJ publicó lista de 43 cuerpos sin reclamar por sus allegados

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Un total de 31 cadáveres que permanecían sin reclamar en la Morgue, fueron sepultados ayer en el cementerio Calvo, en San José, en un entierro masivo realizado por el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).

Se trata de los restos de personas, algunas identificadas, la mayoría desconocidas, que habían ingresado desde abril pasado al Complejo de Ciencias Forenses, en San Joaquín de Flores, Heredia. Entre esos también había varios fetos, así como una parte humana, detalló Luis Solórzano, jefe a. í. de la Sección de Patología Forense del OIJ.

Solórzano explicó que su departamento coordinó con la Unidad de Delitos Varios (que investiga casos de desaparecidos) para intentar localizar a los familiares de todas las víctimas.

Como medida final, se realizó una publicación en un medio de circulación nacional, dando un plazo de 15 días para el reclamo.

Aunque en algunos casos se logró ubicar a los allegados de los fallecidos, varios manifestaron que no harían el retiro.

En el caso de extranjeros, se contacta a las embajadas.

Cuando se define cuáles restos serán sepultados, poco antes de hacerlo se realiza una misa en el mismo complejo judicial en San Joaquín de Flores y luego se trasladan hasta el cementerio Calvo, donde son enterrados en sencillas cajas de madera.

En el olvido. Este fue el segundo sepelio masivo este año. El primero fue el 9 de abril: ese día se sepultaron 20 cadáveres.

En los últimos cinco años, lo mismo ha sucedido con un total de 233 cadáveres.

El pasado 3 de octubre, el OIJ publicó una lista de 43 cadáveres registrados en la Morgue entre el 25 de enero y el 18 de agosto de este año, y se estaba a la espera de que alguien los reclamara.

La entidad no especificó cuáles, de esa lista, estaban entre los enterrados ayer, pero comunicó que preparan un informe.

En el listado divulgado aparecían 35 hombres (16 que no fueron identificados), siete mujeres y una persona de la que no se pudo descubrir ni siquiera el sexo.

Del total, 18 de los fallecidos procedían de diferentes sectores de la provincia de San José, ocho de ellos, de hospitales.

Otros seis llegaron de Limón, cinco de Alajuela e igual cantidad de Puntarenas.

Cuatro eran de Heredia, tres de Guanacaste y dos de Cartago.

De acuerdo con el OIJ, la mayoría de los cuerpos corresponden a indigentes y, en muchos casos, las familias no llegan a enterarse de que estos murieron.

Otros eran desconocidos cuyos restos presentan un estado de reducción esquelética, por lo que es imposible la identificación, a menos que aparezcan familiares con los cuales comparar el ADN.

Cuando la condición del cadáver lo permite, los expertos buscan tatuajes, cicatrices, amputaciones y otras señas, así como toman las huellas dactilares y muestras de ADN, para ayudar a dar con sus identidades.