“Desde el 2010 hasta la fecha, siempre ha estado en mi mente el deseo suicida; lo he intentado dos veces en este mes”.
Esas son las palabras del juez penal Róger Calderón Mora, quien labora desde hace 25 años en el Poder Judicial y está incapacitado desde hace más de un año por psiquiatría.
En su primer intento de quitarse la vida, este funcionario de 47 años consumió 50 pastillas de las que usualmente toma como parte de su tratamiento. Días después, también ingirió un medicamento combinado con licor. En ambas ocasiones, su familia y un grupo de vecinos lograron llevarlo a un centro médico a tiempo.
El juez (quien también laboró como fiscal) narró la semana pasada que su padecimiento se inició en la adolescencia. “A los 13 años me dio una crisis similar a la de ahora, que duró unos tres o cuatro años. Lo único que se me ocurría era llorar”, narró el funcionario. Agregó que el mal regresó a finales del 2009, cuando trabajaba en Pérez Zeledón.
Calderón laboró por última vez en la zona sur del país.
Sus reiteradas incapacidades lo hicieron llevar su caso ante el Departamento de Medicina Legal del Poder Judicial, con el fin de que se determinara si requiere una incapacidad permanente. No obstante, en dictamen emitido el 27 de febrero pasado, se determinó que Calderón sí está en capacidad de trabajar.
El juez narró que, luego de intentar suicidarse, aportó las pruebas de su internamiento a su expediente. “Me causa gracia el dictamen que recibí porque dice que aporté copia del Hospital Nacional de Niños, y cómo yo voy a ir a ese hospital. Lo que pasa es que son machoteros, no le prestan atención al caso”, dijo.
Ese dictamen está firmado por la médica forense Silvia Fernández Mora y tiene el aval del jefe de Medicina Legal, Raúl Bonilla Montero.
Calderón consideró que las grandes cargas de trabajo en la entidad judicial ocasionan estos males en los funcionarios.