Entre comején, ácaros y con una moto vieja

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El único ojo policial permanente en isla de Chira es el de la Fuerza Pública.

Solo que los tres oficiales destacados en la delegación del lugar laboran entre el comején que consume la madera, los ácaros que viven en las colchonetas viejas y con una motocicleta que muchas veces no arranca.

Con esos recursos, la Policía debe controlar las actividades criminales; aunque el lugar es “tranquilo”, los agentes saben que un problema es la cantidad de motocicletas sin documentos.

“Hace poco decomisamos un vehículo, no porque era robado, sino porque el muchacho no lo había pagado.

”Pero, si nosotros le damos seguimiento a una persona, es una verguenza, porque la moto no sirve”, explicó Leonel Díaz, el único oficial que se encontraba en la delegación el martes pasado, cuando un equipo de La Nación visitó el lugar.

Consultado sobre esta situación precaria, Juan José Andrade, director de la Fuerza Pública, dijo que ya hay un terreno que fue donado por la Municipalidad de Puntarenas para construir un nuevo edificio.

Con plata. Añadió que en el presupuesto de este año está contemplada una partida superior a los ¢25 millones para la construcción.

“Estamos a la espera del permiso de suelo que tiene que dar el Concejo Municipal; a partir de eso empezaríamos”, aseguró.

Andrade añadió que Chira es una zona que ha crecido mucho, “y hay poco respeto a las normas porque hay poca autoridad”.