Cristhian Lagos, jugador del Santos de Guápiles, pasó un viernes lleno de angustia pues por muchas horas no supo sobre el paradero de su hermana y sobrinos, quienes se encontraban en Upala, uno de los cantones más afectados por el paso del huracán Otto.
Lagos intentó comunicarse con ella desde tempranas horas, pero lo pudo lograr hasta alrededor de las 4:30 p. m. En el sitio no había servicio eléctrico, telefónico o de Internet.
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El santista le agradeció públicamente a Henry Rodríguez, quien es el suegro de su compañero de equipo Jhamir Ordain.
"Este señor supo de mi caso y estando en Upala se fue a buscarla entre toda la gente, la encontró en su casa de habitación, en una parcela del poblado Ingenieros, de Upala. Este señor sabía que el acceso estaba muy complicado y de igual forma se arriesgó y la encontró", detalló Lagos.
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El guapileño añadió que su mayor preocupación eran sus sobrinos, los gemelos Arnold y Harold, de seis meses, pero que todos estaban con bien.
"He pasado muchas horas de angustia sin saber de todos mis seres queridos. Siempre esperé en Dios una buena noticia y por dicha llegó. No he comido nada pensando en si les había pasado alguna tragedia porque uno empieza a pensar en lo peor", acotó.
El atacante dijo que pensó en ir a buscarla, aunque se encontrara en Guápiles.
"Ya le había dicho a mi esposa que si no sabíamos nada de ella en un rato más, me iba a buscarla porque estaba desesperado. Fue algo durísimo, pero ya estamos tranquilos", contó.
Lagos milita con el Santos de Guápiles, club que está en la cuadrangular final del Torneo de Invierno, y enfrentará a Saprissa este domingo a las 5 p. m. en el estadio José Rafael Fello Meza.
Otra historia. Un jugador que también vivió momentos de angustia fue el volante del Municipal Liberia Félix Montoya, pues sus padres viven en Bijagua.
Montoya aseguró que desde esta mañana se marchó de Liberia a una de las zonas más afectadas por el huracán y los encontró en su casa.
"Mi papá y mi mamá estaban bien, ellos viven camino a Bijagua y aunque están sin agua ni luz están vivos. Por su casa pasa un puente que queda más arriba, en otro pueblo cercano, pero no pasó a más", relató el mediocampista.
Montoya no ocultó el dolor de observar la zona donde se crió de niño destruida por el inclemente paso de Otto.
"Yo conocía a algunos de los fallecidos que se reportaron en Bijagua, ahora que fui al lugar de los hechos pude observar sus casas y fue un momento muy duro", acotó.
El Tractor, como le apodan, afirmó que jamás pensó que los daños fueran tantos.
"Pasé por el puro centro del sector y no se esperaba que sucediera algo así, vivirlo tan cerca es complicado y doloroso", concluyó Montoya.
Nota del redactor: Información actualizada a las 4:39 p. m.