Un temblor de magnitud superior a 4,4 que el viernes por la noche ocurrió 11 kilómetros al este de Puerto Armuelles, Panamá, cerca de la frontera de Paso Canoas, evidencia que esa región tiene una sismicidad más fuerte ahora que antes del terremoto ocurrido el 25 de junio del año pasado.
Aquella vez, el temblor de magnitud 6,4 afectó parcialmente algunas casas en Pérez Zeledón, Osa y Corredores, lo mismo que al lado panameño, aunque no hubo mayor destrucción.
El sismo moderado de este viernes a las 11:43 p. m. ocurrió en el límite de las placas del Coco y Nazca, lo mismo que otro pequeño (2,7) ocurrido este sábado en la madrugada en San Rafael de Corredores. Esa ha sido la tónica recurrente en ese punto y son los pobladores cercanos quienes, salvo algunas excepciones, detectan la sismicidad.
Desde que los científicos registraron el sismo fuerte del 2019, advirtieron que venían muchos más en esa zona, pues la fractura de Panamá suele generar réplicas por muchos meses.
“Ese es el comportamiento típico de esa zona de fractura de Panamá, que es relativamente débil y cuando genera un sismo de magnitud 6 se queda por meses ocasionando réplicas”, dijo Marino Protti, vulcanólogo del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori).
De los registros históricos en esa zona, el más fuerte que se conoce fue el terremoto de magnitud 7, ocurrido en 1979 en Puerto Armuelles, lo que prácticamente descarta que ahí pueda surgir un terremoto mayor a 7,5 dijo el científico.
Recordó que al lado panameño hay más construcciones que en nuestro país, incluso ellos tienen una terminal petrolera y hay una comunidad que, en caso de sismo, les generaría más daños al estar más cerca de la fuente y con construcciones que no cumplen tantas exigencias como las de nuestro país.
Protti también dijo que esos temblores moderados no ejercen ninguna influencia para el terremoto que se espera cerca de Burica, cantón de Golfito, en menos de cinco años.