El joven que es sospechoso de haber asesinado este jueves a su papá y a su sobrino de 7 años será internado durante un mes en el Centro de Atención para Personas con Enfermedades Mentales en Conflicto con la Ley (Capemcol).
Así lo ordenó el juez penal de Goicoechea, durante la audiencia de solicitud de medidas cautelares, que finalizó a las 6 a. m. de este viernes.
Con esa decisión, el juzgador rechazó la solicitud de la Unidad Operativa de la Dirección Funcional del Ministerio Público, la cual pedía enviarlo seis meses a prisión preventiva.
Luego de conocer la decisión del juez, la Fiscalía apeló la resolución del Juzgado al considerar que el imputado debe descontar cárcel, mientras concluye la investigación en su contra.
Al imputado, de apellido Carvajal Solís, de 20 años, se le atribuyen dos delitos de homicidio calificado en perjuicio de sus dos familiares, el cual ocurrió a las 5:36 a. m. de este jueves en la casa de habitación de los fallecidos, en Coronado, San José.
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Problemas
Según el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), Carvajal Solís es un conocido adicto a las drogas. Ayer, a eso de las 3 a. m., habría llegado hasta la casa de su papá; sin embargo, nadie le abrió el portón.
Se fue, pero dos horas después regresó. En esa oportunidad, el padre sí le abrió la puerta y, al instante, comenzaron a discutir.
Carvajal Solís atacó a cuchillazos a su papá y, posteriormente, la emprendió contra su sobrino por razones que están bajo investigación.
El adulto fallecido fue identificado como Juan Vicente Carvajal Ávila, un pensionado de 67 años, quien utilizaba una prótesis en su pierna derecha. Su cadáver quedó tendido al lado de la cocina de la vivienda.
Mientras, el cuerpo del menor quedó ensangrentado en el cuarto de pilas. Eso hace pensar que el pequeño trató de huir del agresor, según Wálter Espinoza Espinoza, director del OIJ.
En la vivienda se encontraron rastros de sangre en el piso, lo que hace presumir que el asesino movió los cuerpos; sin embargo, esto debe ser verificado por los forenses.
Al momento en que ocurrió el ataque también se encontraba en la casa una hija del fallecido, de 23 años, quien tiene síndrome de Down. Ella presenció el atroz crimen cometido por su hermano y se fue hacia un corredor y empezó a gritar.
A dos casas de esa vivienda también vive otro hijo del padre asesinado, quien llegó a ver lo que ocurría y dio el aviso a las autoridades.